Soñando con que todo es todavía posible

EMILIO GÓMEZ
(Periodista-Director)


Es cierto que amamos esta comarca. Mucho. Nacimos aquí. Cerca unos de otros. Separados por escasos kilómetros, pero en la misma tierra. Olvidados muchas veces. Cuestión de distancia y de apretar poco. No hemos sido reivindicativos. Hace muchos años la cosa era peor. Carreteras llenas de curvas y casi sin asfalto, explotaciones ganaderas que eran establos, sin hospital. Partos que se producían en la carretera, infartos que tenían que luchar contra el tiempo de llegada al Hospital Reina Sofía. Todo era más caótico.

Hace 25 años se quiso que el sentimiento de comarca fuera más fuerte. Sonaba bien. Todos juntos. Sumábamos más. Era para moverse mejor, para pedir juntos, para vivir los unos y los otros con retos más fuertes. El horizonte estaba a la vista. Consistía en ser fuertes. Más fuertes. Sonreír más. Abrirnos más. Comenzaba una nueva era. ¡Qué pasión! Nos sentíamos más importantes y protegidos. Se consiguieron cosas. No sé si por la evolución natural o porque esta unión sirvió para conseguirlas. Llegaron algunas. Otras se fueron. Después de 25 años tenemos mejores carreteras, hospital, estación de tren. Pero nos falta mucho. ¿Dónde está la autovía? ¿Y nuestro futuro? Somos menos que hace 25 años y más viejos. Muchos jóvenes se fueron y vienen ya lo justo de visita. Y no hemos sabido rentabilizar ese espíritu aventurero y trabajador de nuestra gente. Esto no sólo es culpa de los políticos. En 1993 mirábamos el horizonte con más confianza. Quizás porque no sabíamos lo que iba a venir después. No se sabe por dónde la vida va a salir. No se puede predecir el futuro para 25 años.

El objetivo entonces era muy ambicioso. Era nuestra tierra. Había que sacarla a flote. Enseñarla. A todos se les llenaba la boca de nuestra comarca. Discursos valientes. Pero la valentía es decir lo mismo en tu tierra que en el despacho donde tienes que defenderla. Allí, tienen los fondos, nosotros aquí el sentimiento. Tuvimos que pedir más. Que invirtieran más en nosotros. Y sobraron las peleas por los colores. De los que gobernaban y de los que opositaban. No es bueno aplaudir y poner buena cara al que no te da lo que es tuyo. Y hubo administraciones que ni nos miraron. Y también los que opositaron no se preocuparon para que llegaran cosas. Quizás porque estimaron que era trabajo de otros. Pero la tierra es de todos. Opositar no es guerrear.

Tenemos que asumir los errores, asumir que todavía no se ha revertido la situación. Y tenemos que seguir siendo ambiciosos. Con ganas, arrojo y bondad. Todavía se pueden hacer muchas cosas. Juntos. Tenemos la necesidad de defender la tierra que nos dejaron nuestros antepasados. Sería bueno que las Mancomunidades no tuvieran la estructura política tan cerrada que tiene. ¿Y si fueran un ente más abierto al ciudadano? Hay que buscar las fórmulas para que todos se sientan identificados. Esto no es de unos. Es de todos.

La comarca lo está pasando mal. Muy mal. Hace 25 años había menos cosas, éramos más pobres pero la ilusión estaba intacta y éramos muchos más. La despoblación nos dejó los pueblos más solos, con muchas casas cerradas y un futuro más incierto. Lo primero que tenemos que hacer es aprender. Tenemos que aprender a convivir entre nosotros. Ponernos de acuerdo políticamente y entre los pueblos. Escuchar al de al lado. Llenarnos de razones aunque estas vengan del otro. Al fin y al cabo son también nuestras razones. Y avanzar. Hace tiempo que se ha perdido el nosotros, vivimos en un yo permanente. Eso trasladado a la política es todavía más evidente. Nadie quiere enemistarse con sus superiores pues son los que reparten cargos. De qué sirve tener mucho poder si no podemos dar en nuestra zona de acción o estamos vacíos de compromiso. Hay que renacer, volver a respirar, volver a juntar, reconstruir, creer, ilusionar en un proyecto conjunto. Eso es la Mancomunidad, renacer una y otra vez ante cada problema o cada compromiso. Estamos orgullosos de ser de Los Pedroches. Esta es nuestra tierra. Y créanme, que cada uno estamos haciendo el camino por nuestro lado. Esto no favorece en nada. Mientras tanto, seguimos soñando con que todo es todavía posible.


No hay comentarios :

Publicar un comentario