En la política tienen que estar los mejores y no los oportunistas

EMILIO GÓMEZ
(Periodista-Director)


Cada día estamos asistiendo al mundo de lo repentino, de lo transitorio. Noticias que nos marcan con la intención de que tomemos esta dirección u otra. Nos quieren manejar. La clase política ocupa las pantallas de las televisiones a todas horas con declaraciones banales dentro de la guerra que le sostiene por el poder. Es una pelea ‘corralera’ en el que vence el que grita más alto, el que dice la barbaridad más grande o el que insulta más fuerte. El fin es llegar a la hucha pública. Lo demás son brindis al sol. La ‘golfería institucionalizada’.

La gente está disgustada con lo que está pasando. La clase política no está al nivel que la sociedad actual exige. No es cuestión de ideologías, es cuestión de principios y de valía. La gente preparada está huyendo de la política. Se refugian para que no los llamen a formar parte de la comedia en la que se ha convertido la política.

No es cuestión de este partido u otro. Eso no es lo importante. La clave es la gente que esté al frente. Si uno es un ‘ceporro’ o un ‘aprovechado’, da lo mismo que esté bajo el paraguas de un partido u otro. En la política deberían estar los mejores o, al menos, los que tengan una buena nota en formación, currículum y en humanidad. Mientras no estén en política los ‘mejores’ tendremos un panorama desolador.

La política no es una comilona para los que gobiernan. Es algo mucho más serio. Pero hace tiempo que se dejó de pensar en el ciudadano. Y ahora nadie cree en política. Antes se buscaba a personas preparadas para las listas electorales atendiendo a esos valores formativos y humanos. Ahora ni se lo proponen a esas personas, porque esto se ha convertido en una oportunidad de los mediocres agarrados a la ubre pública. También el ciudadano tiene culpa al permitirlo. España es un país con gente culta y diferente. No es ese país de fanáticos y de oportunistas que ahora parece ser. Los padres no comprenden que sus hijos estén formados y en paro. Y no lo comprenden porque ven a políticos que acceden a cargos de relevancia sin formación alguna. Aunque no se sabe si es peor tener políticos sin formar o políticos con currículum falsos.

Esta semana hemos asistido al cambio político del parlamento andaluz.¿Será solo un cambio político o un cambio real para el ciudadano? A la gente lo que realmente le importa es que se cambien las cosas. Y eso lo ve difícil. Esto no es que unos sean los buenos y otros sean los malos. No. Esto consiste en que los partidos (de una u otra ideología) deben de tener a los mejores para revertir situaciones. La política se ha convertido en territorio demasiado embarrado en el que a quien juega limpio no le apetece entrar. La inteligencia, la coherencia, la educación, la lógica, el sentido común y la honradez no se lleva a cabo. Se han cambiado esos valores por otros menos éticos. Últimamente vemos como la gente cambia de partido, de idea o de discurso según sus intereses personales. Hay muchos políticos buscando el dinero fácil y el aplauso del ignorante. Todos somos cómplices de lo que está pasando. Muchos de los problemas de España vienen de la ignorancia y de la falta de cultura. Todo eso contribuye a la creación de una sociedad tan fácilmente manipulable como es esta.

Hace varios años que una parte importante de la población pide alto y claro en las redes sociales la desaparición de los partidos políticos. Esta no sería la solución. La única solución es mejorar esos partidos. ¿Y cómo se mejora? La gente es la que mejora todo en la vida. Si estos partidos están compuestos de gente buena y preparada, mejorará la sociedad. Si se sigue accediendo a los partidos sin preparación y sin humanidad, solo para encontrar un puesto de trabajo, dinero o poder, todo seguirá igual o peor.


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