Las historias de mi padre (VII)

ANTONIO ARROYO CALERO


Fue el Conde de Romanones (D. Álvaro Figueroa y Torres) célebre político durante el reinado de Alfonso XIII, perteneciente al Partido Liberal de Sagasta y Canalejas. Ministro en diversos Gobiernos, presidente del Congreso, presidente del Senado y varias veces presidente del Consejo de Ministros.

Miembro de varias Academias, de la Historia, de Jurisprudencia, de la de Bellas Artes…

Por cierto, se quedó con las ganas de ser Académico de la Real Academia Española (RAE), no obtuvo ni un solo voto, a pesar de que los académicos le habían prometido verbalmente su apoyo. Cuando Romanones conoció el resultado de la votación secreta exclamó “¡ Joder, qué tropa!”.

Político maniobrero y hábil conocedor de las prácticas caciquiles tan al uso en aquella época.

El caciquismo era un residuo del feudalismo. El oligarca de la zona, normalmente rico terrateniente, creaba clientelas a las que protegía de la justicia, de los impuestos o de sus obligaciones militares. A cambio estas clientelas controlaban los resultados electorales incluso comprando los votos.

Durante muchos años obtuvo Don Álvaro el acta de diputado por la provincia de Guadalajara, en la que tenía numerosas propiedades y dominaba, como nadie, la política del reparto de prebendas y compra de votos.

Llegó a la política D. Antonio Maura, abogado mallorquín, hábil orador, casado con la hija del Conde de Gamazo y perteneciente al Partido Conservador adversario del Liberal.

Quiso D. Antonio desbancar al Conde de Romanones de su tradicional feudo en Guadalajara y decidió presentarse a diputado por esta provincia. Advertido de las prácticas del Conde y sabiendo que pagaba los votos a 2 pesetas, pasó instrucciones a sus colaboradores para hacer campaña y ofrecer 3 pesetas por voto y además pagarlas por adelantado.

Contaba mi padre que D. Álvaro, conocedor de la maniobra de Maura, decidió contraatacar. Envió a su gente a visitar a sus habituales votantes .” ¡ En estas elecciones no podemos votar al Sr. Conde, pues D. Antonio Maura nos ha pagado 3 pesetas por el voto!” decían estos. Los agentes del Conde contra-ofertaron: “ ¡ Dame las 3 pesetas que te ha pagado Maura y toma un duro del Sr. Conde!”.

Se celebraron elecciones, Romanones ganó otra vez por mayoría y los votos le costaron, como siempre, 2 pesetas.

Y esta era una de las muchas historias que contaba mi padre.

Seguiremos contando otras historias.


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