Al Fresco consolida una de las citas andaluzas más innovadoras del pop y rock

ANTONIO JIMENO MÁRQUEZ
POZOBLANCO 



El patio de La Salchi fue testigo de la 5ª edición del Festival Al fresco, un festival asentado en la agenda cultural de Pozoblanco y en el que en anteriores ediciones han participado artistas de la valía de Pájaro, Niño de Elche, Cariño, Nudozurdo o Morgan. Con la dirección artística de Antonio J. Moreno, también conocido como El Ciento, el festival Al Fresco va consolidándose como una de las propuestas más lúcidas, frescas e innovadoras del panorama poprockero de Andalucía, que atrae aficionados desde todos los puntos de España. En esta ocasión, los encargados de darle lustre al cartel fueron Lasyra, Algunos Hombres, Los Estanques, Derby Motoreta ‘s Burrito Kachimba y Los Vinagres.

Si alguna palabra puede definir lo que albergó el imponente patio del antiguo matadero es fiesta. Al fin y al cabo, el Al Fresco del pasado sábado fue una fiesta con mucho rockandroll. Y los primeros que pusieron todos sus esfuerzos para que lo fuera fueron Lasyra y su compañero Mafi. Recorriendo el escenario de derecha a izquierda, llevando con sus rimas arriba y abajo, siempre en continuo movimiento, la primera parte de la fiesta trascurrió a ritmo de rap.

Llegaron después Algunos Hombres, hechos y maduros y a punto de sacar al mercado su segundo disco. Contagiados del espíritu festivo que se había adueñado de la noche, cambiaron el rap por el rockandroll atacando el inmortal Loveless Love de los Feelies. Marce, su cantante, demostró pese a su afonía sobrevenida lo ya sabido un millón de veces: que en un concierto de rockandroll es tan importante la actitud como la ejecución técnica de las canciones. Van a más y tanto ellos como el público que les sigue como ‘perro fiel’ lo saben y lo disfrutan.

Los Estanques llegaban a Pozoblanco con la vitola ser uno mejores grupos que habían actuado nunca en nuestro pueblo en festivales parecidos. Con resonancias a los inmortales S.F. Sorrow y Parachute de los desgraciada e injustamente menospreciados Pretty Things y los momentos más pop de maravillas como Bevis Frond, estuvieron soberbios en los momentos más melódicos y accesibles y no tanto cuando la experimentación tomaba las riendas desbocadas de su música. Eso sí, en todo momento fueron fieles al zeitgeist y disfrutaron del momento como los demás y como los que más.

Fue verdad incontrovertida cuando un trasunto de Robert Plant de pantalón vaquero tatuado en flor espetó por el micro la siguiente frase. “Ya os tenemos en el bote”. Los Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, una banda mucho más sugestiva y seria de lo que su nombre puede profetizar, se sabían dueños de una afición entregada y ejercieron como tales pese a no cerrar la noche. Compactos y espirituales al modo andaluz que instauraron mitos como Triana, trataron con saña su repertorio comandados por un cantante eléctrico que no paraba de lanzar simbología rockandrollera mediante un apabullante lenguaje corporal. Los amos de la noche.

El punto y final corrió a cargo del trío Los Vinagres, que pese a tener que actuar después del ciclón sevillano mantuvieron el tono gozoso de la noche al son de su verbenita. El punto álgido lo alcanzaron cuando escenificaron con pasión la Chibichanga, una de esas canciones antorcha con las que se identifica toda la carrera de un grupo.

Contribuyeron a esta extraordinaria edición, ya para el recuerdo, el Doctor Cowabunga a los platos y los chicos del mercadillo de libros y discos.

Por último, queda agradecer desde aquí a Juanba Escribano, el Concejal de Cultura, su labor organizativa, su presencia en el concierto y sus desvelos para que todo estuviera en orden y a Antonio J. Moreno por todo lo que ha trabajado para que esta edición fuera posible; también al Ayuntamiento por seguir apostando por el festival, que es tanto como apoyar la Cultura. 




































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