La evolución de Pozoblanco en los tiempos



Juan Ocaña Torrejón, en su “Historia de la villa de Pedroche y su comarca” (Tipografía Artística, Córdoba 1962) dice sobre Pozoblanco: “… como todos los pueblos del Valle tuvo una vida anterior que hoy se desconoce, pero que delatan su existencia los testimonios hallados en sus campos y lugar.

Dícese que vinieron unos pastores de Pedroche con el fin de apacentar ganado en sus ricas tierras, utilizando como abrevadero un pozo que estaba situado en el lugar que hoy se conoce como el Pozo Viejo, cerca de las antiguas calles de Juan Torrico, El Tejar, Ancha y Cuesta del Romo; cuyo brocal, al quedar blanqueado por los excrementos de las golondrinas, dio nombre a aquel paraje”.

La fecha que da es la de 1345, famosa fecha por ser el año de la Peste Negra, que otros autores locales dan para datar la diáspora de los habitantes de Pedroche. También asegura que la primera casa fue: “Como edificación primera se señala a la “Casa de las Vacas, (era la casa adosada a la de La Viga), en la actual travesía de la Calle del Tejar a la Cuesta del Romo” y no distante del arroyo de “Las Casas que en la actualidad atraviesa el pueblo y se le conoce por el arroyo de la Condesa”. 



Todo esto no tiene mucha base histórica. Hoy sabemos por: “El Calendario de Córdoba” escrito por el Obispo Mozárabe Recemundo y el astrologo Ben Rasís, por encargo de Ahbderrán III que quería saber que hacían los cristianos en sus reinos, que en esta comarca, conocida entonces como; “El Fhast al Ballut” (El llano de las bellotas) existían un buen número de Basílicas y Monasterios habitados por familias mozárabes. Uno de ellos llevaba el nombre de “Ienisen”, aunque se le conocía por Álbum (Blanco) que era el nombre de la familia que lo habitaba. Y Ocaña Torrejón aclara que el pozo ya existía cuando vinieron los pastores pedrocheños.

Pero debemos acudir a Ramírez de las Casas Deza, que en su Corografía, escrita hacia 1840, decía que Pozoblanco se fundó en el Pozo Viejo y matizaba. Que en el corral de las Carnicerías Públicas existe un pozo en el que en su brocal se lee “En este pozo se fundó el pueblo”. 



El corral de las Carnicerías hoy forma parte del edificio del Ayuntamiento Viejo, y en el patio por el que se sube al reloj hay un pozo, tapado con una chapa situado en la puerta del calabozo, al que popularmente se conocía como: ”La jhiguerilla”- Tal vez porque el pozo de las carnicerías tendría junto a él una higuera.

En 1478 Pozoblanco obtuvo el título de Villa, y Ocaña Torrejón narra: “En 1478 era aldea de más de treinta edificios de fábrica”.

Las pruebas de limpieza de sangre de Juan Ginés de Sepúlveda para ingresar en el Colegio de San Clemente en Bolonia, se hicieron en Pozoblanco en el otoño de 1511. Declaran varios testigos, y casi todos mayores de sesenta años y cuentan las varias familias que vivían y algunos se remontan en sus recuerdos hasta principios de 1400. 



El Catastro de Ensenada de Pozoblanco se hizo en 1754, se dan nombre y reseña de todos los vecinos, si estaban casados, o eran viudos. Y los solteros, fueran mayores de edad o menores, se les anotaba junto a sus padres o tutores, Y las casas se declaraban por calles y en orden de adosamiento. Comenzaron en la Calle de la Ribera y terminaron en la Calle de Pedrajas. Es el Callejero más completo que se haya hecho en Pozoblanco. Se describen 52 plazas y calles. Y se citan 75 plazuelas, callejas, callejuelas y callejones.

Las primeras noticias sobre la construcción de una casa en Pozoblanco se encuentran en los dos testamentos que hizo Juan Ginés de Sepúlveda en 1571 y 1572: “Ítem la suerte que dicen de La Coronada con una de las diez casas que en ella se hacen y han de acabar de hacer, la cual casa ha de ser la del segundo solar contando desde la parte de abajo del Arroyo de San Sebastián la cual tiene ahora mucha parte edificada.”.

Estas primeras diez casas se redujeron a seis, y en el último testamento piden que vayan a ayudar a terminarlas. Una la reservó para el Capellán de su Capellanía, y las cinco restantes fueron para sus familiares más allegados; su secretario y sobrino Marcos Ponce y los hijos de su primo hermano el Escribano Público Juan de Sepúlveda, hijo de Bartolomé de Sepúlveda tío del Cronista y que heredó la escribanía del abuelo de Juan Ginés de Sepúlveda que fue el primer alcalde de Pozoblanco. 




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