Las clarisas de Belalcázar celebran el día del dulce conventual

ANTONIO MANUEL CABALLERO
BELALCÁZAR

Las monjas clarisas de clausura del convento de Santa Clara de la Columna de Belalcázar llevaron a cabo el pasado sábado 7 de diciembre su sexto día dedicado a los dulces elaborados por las diez hermanas que lo habitan, como bocaditos de almendra, perrunillas, roscos de aceite, yemas o trufas. Todo estos dulces estaban a la venta, entre ellos la joya de la corona la Flor de Almendra, de kilo y medio o dos kilos y que se hace por encargo.

También hubo un desayuno y una merienda conventual, visitas guiadas, una conferencia de María de los Ángeles Jordano, doctora en Geografía e Historia, sobre los secretos del Mudéjar en el convento, del que se están conmemorando los 525 años de presencia de religiosas en él y un concierto de villancicos por parte del grupo Huellas, de la parroquia de Santiago el Mayor de Belalcázar.

La visita guiada, desarrollada por Tureventos, incluyó la iglesia, el claustro principal, la sala capitular, el refectorio, la antigua celda de Sor Felipa de la Cruz, la sala de las columnas, el antiguo dormitorio común, la sala del barco y el patio de la huerta. En esta ocasión y como novedad se incorporó un espacio dedicado a Fray Juan de la Puebla -hijo de Alfonso de Sotomayor y Elvira de Zúñiga-, que otorgó al convento el carisma franciscano.

El convento se puede visitar todos los domingos a las 9.45 horas, tras la misa. Y de lunes a sábado hay que concertar la visita llamando al 678 690 470 o al 610 968 077.

Los dulces los venden todos los días en horario de mañana y tarde. 

Las religiosas en la iglesia con una flor de almendra.



JOYA ARQUITECTÓNICA

Creado en 1476 por doña Elvira de Zúñiga como monasterio de varones, tras su muerte, en 1483, sus hijas Leonor e Isabel lo convirtieron en cenobio femenino.

Representa uno de los principales conjuntos conventuales de la provincia de Córdoba y, por fortuna, ha llegado hasta el presente sin grandes transformaciones, conservando sus viejas edificaciones de gótico.

El Convento, muy extenso, está constituido por numerosos patios y dependencias que dan lugar a una compleja organización. Arropada por esas construcciones se encuentra la Iglesia, de nave única con bóvedas de crucería y una estrella para el presbiterio donde figuran, aunque mutiladas, las estatuas de piedra de Cristo, la Magdalena y Santa Clara, obras notables de la escultura hispano-flamenca en Córdoba.

No menos importante que la iglesia es el claustro, que luce dos pisos de galerías abiertas, el primero con arcos carpaneles y el segundo, adintelados sobre zapatas y con bellos pretiles de primorosas labores góticas. Estas galerías del claustro aún se cubren con artesonados planos, vistosos por sus excelentes lacerías y decoración pintada. El refectorio y la escalera poseen otros interesantes artesonados.


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