De cuando la cuarta señora de los Pedroches se casó en 1712 en una Barcelona sitiada y ligada al Carlismo

ARTURO LUNA BRICEÑO


Una sola hija tuvieron los terceros Señores de los Pedroches, María Teresa Álvarez de Toledo y Haro, que contrajo matrimonio con Manuel María de Silva, noveno Conde de Galve, hijo del Duque Infantado y de Doña María de Haro y Guzmán, hija menor de Don Luis Méndez de Haro, Primer Señor de los Pedroches.

María Teresa Álvarez de Toledo y Haro se casó con un hijo de su tía abuela, pero aunque los Archivos de Liria no recogen noticias políticas de los contrayentes, la partida de matrimonio nos aporta unos datos extraordinarios: “A los nueve días del mes de Diciembre del año de mil setecientos doce fueron desposados por palabra de presente por el señor Don Pablo de Villena Perlas, Abad de la Iglesia secular de Cardona, Diócesis de Solsona, el Excmo. Señor Don Manuel María de Silva y Mendoza, Conde de Galve, hijo legítimo y natural de los Excelentísimos Señores Don Gregorio de Silva y Mendoza, Duque de Pastrana y del Infantado y de Lerma y de Doña María de Haro y Guzmán, su legítima mujer, natural de Madrid, de una parte y la Excelentísima Señora Doña María Teresa de Toledo y Haro, natural de la misma Villa de Madrid, hija legítima y natural de los Excelentísimos Señores Don Francisco Álvarez de Toledo, Marqués del Carpio, Conde Duque de Olivares, Duque de Montoro y de Alba y Condestable de Navarra y de Doña Catalina de Haro y Guzmán Enríquez de Cabrera, Marquesa del Carpio de otra parte, habitantes en la Parroquia de San Miguel de la presente Ciudad de Barcelona”.

Felipe V, cuando era Duque de Anjou, antes de tomar posesión del trono de España. 


Un año después de haber heredado la Casa de Alba, (que tan ligada estaba a los Borbones, lo mismo que la Casa del Carpio, no obstante su titular era el Canciller de Indias), su heredera se casaba en Barcelona. Una Ciudad sitiada en la que tenía su Corte el Archiduque Carlos de Austria, y el Conde de Galve era uno de sus más activos miembros, pero por si quedaban algunas dudas en 1714 el matrimonio tuvo su primer hijo y su partida de bautismo, que se encuentra en Viena, aclara la “afiliación austriaca” de sus padres: “Yo Antonio Pedro Savoy, Doctor en Filosofía y Sagrada Teología, maestro de curia y coro en la Iglesia Metropolitana y Arzobispal de San Esteban de Viena y rector de la misma parroquia por el tenor de los presentes certifico que el hijo nacido el día veinte y ocho del mes de octubre de mil setecientos y catorce, de legítimo matrimonio del Excelentísimo señor Don Manuel de Silva y Mendoza, Conde de Galve y Gentil Hombre de Cámara de la Sacra y Cesárea y Católica Majestad y de la Excelentísima e Ilustrísima Señora Doña María Teresa, nacida de Toledo, su consorte, y se le puso por nombre, Fernando, Simón, Pascual, Vicente, Tomás, María, José, Miguel, Teresa, Rafael, siendo padrino y testigo el Excelentísimo Señor Don Jaime Hurtado de Mendoza, Conde de la Corzana, Mayordomo Mayor de la Augustísima Emperatriz Reinante, en cuya fe y testimonio di esta partida”.

Don Fernando de Silva Alvarez de Toledo XII Duque de Alba; su madre, la Marquesa del Carpio, le encargó la devolución de las Siete Villas. 


Finalizada la Guerra de Sucesión y aceptado el Tratado de Utrech por el Archiduque Carlos, los nobles que siguieron su causa, volvieron a España y Felipe V, no solo los perdonó, sino que aceptó y reconoció los títulos que el Archiduque les había concedido. Así terminaba la causa carlista para la nobleza.

A pesar de este “perdón”, los ilustrados no olvidaron fácilmente su inclinación hacia los “austriacos” que le acarrearía, años después, a la novena Marquesa del Carpio, graves consecuencias que afectaron de lleno a su Estado de los Pedroches.


Los nacionalistas catalanes cuentan este pasaje de la historia sesgado y manipulado, confundiendo la palabra “sucesión” con “secesión”. 

Escudo de la Casa de Alba, El Carpio y Olivares.



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