Porque la vida puede ser maravillosa

EMILIO GÓMEZ
(Periodista-Director)


Decía un narrador deportivo “porque la vida puede ser maravillosa”. Y entre esas maravillas nos movemos. Lo peor es que un día esa vida se acaba. En estas fechas tan especiales y en todas, nos acordamos de los que ya no están con nosotros.

Cuando las cosas se acaban parece como si la vida del que se fue se la llevó la nostalgia. Y no tendría que ser así. La vida es un juego que tiene su principio y su final. Tan sencillo y complicado como esto. 



Los finales suelen ser duros. Pero no nos tendríamos que quedar con el final. Nos tendríamos que quedar con la vida del que se fue y no con su muerte. Casi siempre es más fácil llegar que irse. Creía que era muy poético y cursi eso de que “lo que sobrevive de nosotros es el amor”. Pero es verdad. Sobrevive el amor de hijo, de esposo, de esposa, de madre, de padre, de hermano, de amigo cuando uno se va. Por eso se tiene que vivir con el alma. No quitarse el alma nunca. Cuando nos ponemos el alma, somos más profundos. Hay sitios donde no se debe ir sin alma. Ese es el secreto para la maravillosa vida que proponía Andrés Montes cuando decía que “puede ser maravillosa”. Depende de nosotros.

Decir cada mañana que nos gusta la vida. Nos gusta la vida. Desde que nos ponemos en pie. Desde que vimos aquella puesta del sol, en aquellas noches apasionadas de la adolescencia, en esos días en los que decimos compartirla con alguien. Y en tantos sitios que tenemos guardados porque por allí pasamos. Nos gusta la vida. A pesar de su fugacidad. Las ausencias nos definen de un modo inevitable. Nos marcan. Cada día intentamos a aprender a vivir sin los que tuvimos con nosotros. No es fácil pues ya se sabe que un día la vida te da un zarpazo y se va. Así como vino. 


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