Tropelías, robos y prevaricaciones por el certificado de los votos

MIGUEL CARDADOR LÓPEZ
(Presidente-Editor)


El poder, desde que el mundo existe y el ser humano está presente en él, ha estado marcado por el abuso habitual de muchos de los que han mandado, dándose todo tipo de atropellos y mangancias.

Esta realidad sigue en nuestros tiempos actuales, siendo nuestro país un claro ejemplo, pues a pesar de llevar 40 años en democracia, políticos de todos los colores se han aprovechado de esta bonita palabra para robar de forma descarada y prevaricar, para enchufar a familiares y amigos y darles a través de fraudulentos acuerdos euros sin control.

Y todo esto lo hacen en nombre de los votantes, pues según interpreta una parte de los que gobiernan, parece que esos votantes le dieran a ellos una especie de patente de corso para poder hacerlo.

Pero lo malo de todo esto es que los ciudadanos y votantes estamos perdiendo la sensibilidad, aceptando de forma pasiva y casi natural los hechos delictivos de algunos de los que manejan nuestros dineros.

Echando la vista atrás podemos ver parte de lo que digo de esta corrupción en el desenfreno, la (aparente) impunidad, la desvergüenza y el descaro a costa de la España que madruga y se esfuerza. La Gürtel, con Bárcenas, el Bigotes, e incluso Ana Mato, y su cantinela del “no me consta”. El famoso 3% del “Honorable Señor” Pujol y de los que lo sucedieron, las famosas tarjetas “Black”, de las cuales entran en el cartel por su uso indebido y de derroche un amplio y diverso panorama: 4 del PSOE, 2 de Izquierda Unida, 3 de C.C.O.O., 2 de UGT y 3 del PP. Ejemplo este que demuestra que la “ideología” que figura como pantalla es en muchas ocasiones una auténtica milonga, y que lo que aparece demasiadas veces son las miserias y defectos que afloran en la condición humana. Aquí lo que cuenta es la tela y disparar con pólvora ajena. Y así podría seguir, además de las ilegalidades que no se han descubierto.

Pero quiero centrarme más ampliamente en nuestra comunidad, Andalucía, la que encabeza el paro y el atraso manifiesto en la educación, por poner algún ejemplo.

Empezamos por los clubes de alterne, a los que parece eran tan aficionados algunos, como el famoso “Don Ángelo” de Sevilla, donde en una sola noche varios directivos de la extinta Fundación Andaluza Fondo para la Formación y el Empleo (FAFFE), dependiente de la Junta de Andalucía, se gastaron con dinero público destinado a la formación de los desempleados la friolera de, agárrense, 32.000 € en una sola noche.

Seguimos con Mercasevilla, los ERE, Invercaria, caso Marismas, Delphi, etc, y todo ello nos dará una suma de despilfarro y robo de cerca de 4.000 millones de euros. Todo ello bajo el color del partido socialista, el partido “progresista” y supuestamente de los trabajadores, que gobierna ininterrumpidamente nuestra comunidad desde que nació la autonomía.

Pero además están los casos de manifiesta (o todavía presunta) prevaricación, que quizás sean más desconocidos para la ciudadanía. Como el caso de la hija del ex ministro y Presidente de La Junta, Manuel Chaves, acusado por el caso ERE. En esta ocasión es la pequeña del clan Chaves, pues la Junta, estando su padre como Presidente, destinó 10 millones de euros a Minas de Aguas Teñidas, Matsa, donde ella trabaja como abogada jefe.

Paula Chaves Iborra se incorporó a Matsa en julio del 2007, teniendo un cargo de máxima responsabilidad y con un sueldo millonario. Curiosamente, qué casualidad, Paula llegó a la empresa unos meses antes de la enorme subvención.

Esta señora vive en la actualidad en una de las mejores zonas de Sevilla, en la majestuosa Plaza de España, enclavada en el Parque de María Luisa. Además tiene a su nombre un piso, ubicado muy próximo al río Guadaira. Dos años más tarde, en 2008, la Junta de Andalucía le concedió a Paula y su marido Salvador Serrano Flores, un piso de protección oficial ubicado muy cerca del Museo Arqueológico de la capital hispalense.

Teniendo ya en aquellos momentos otro domicilio, la Junta le adjudicó una vivienda de 117 metros cuadrados calificada de protección oficial, porque los pobrecitos no tenían medios económicos para adquirir una normal.

Casos como éste se han dado y se dan a cientos en nuestra comunidad, donde el gobierno monocolor durante casi 40 años ha dado pie a que se cometan abusos, desmanes, tropelías y robos a todos los niveles, bajo el escudo de gobernar en una democracia con el símbolo de la rosa que, dicen algunos, representa mejor que nadie a los trabajadores. Esto último es lo que da más fuerza para la impunidad, porque, como hace 12 ó 13 años escuché a un mayor decir: “Que de acuerdo, que en Andalucía, el gobierno socialista estaba robando, pero que él prefería que para que le robara un rico, pues prefería que le robara un pobre”.

Quizás esta frase define perfectamente lo que ha pasado en los últimos 25 años en nuestra querida tierra.

El próximo 2 de diciembre estamos citados a las urnas, y en el nombre de los que se esfuerzan, madrugan para trabajar y votan, seguramente seguirá persistiendo más de lo mismo. O quizás se dé la sorpresa y la añeja, extensísima y hasta ahora muy eficaz red clientelar socialista, esta vez, se muestre algo menos eficaz, y además el enorme y potente soporte mediático de la sectaria radiotelevisión andaluza en esta ocasión se muestre también algo menos influyente, y con ello, tal vez, se produzca el milagroso cambio. Pero que no se engañe nadie, que al final, estén unos u otros, la experiencia nos muestra que es muy probable que una apreciable cantidad de los que ocupen en cualquier ámbito el sillón del poder caerán en la tentación de hacer de su capa un sayo, por la vía de la democracia y el certificado de los votos. Mientras tanto, habrá otra gran cantidad de andaluces que seguirá luchando y madrugando para ganarse cada día el pan con el sudor de su frente y la carga añadida de los que nos gobiernan.


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