Alcacer, una historia difícil de olvidar

ARTURO LUNA BRICEÑO


Va para veintisiete años, que un viernes 13, mal presagio, de un mes de noviembre de 1992, desaparecieron en Picasent, Miriam, Desireé y Toñi, las Niñas de Alcacer. Desde entonces no se ha dejado de seguir este caso lleno de misterio y que nunca fue resuelto a satisfacción de todos los afectados.

Y yo estuve allí y dejé plasmados los casi tres meses que conviví con el dolor de las familias de estas desgraciadas adolescentes. Vicente el padre de Desireé se murió de la tristeza que le produjo el suceso, Matilde, la madre de Miriam moriría tiempo después, sin superar el dolor de la ausencia de la pérdida de su hija.

Jesús Ortiz, que había sido director de “Informe Semanal” durante varios años, recibió el encargo de dirigir un programa que se había estrenado y rodado en la Segunda Cadena. Era un formato que la televisión mundial utilizaba para buscar desaparecidos. En la Segunda Cadena se había emitido con carácter general y Jesús Ortiz quería que fuese casuístico. Para eso nos convocó a todos los que habíamos sido reporteros en Informe semanal y nos explicó su idea del programa. Se trataba de contar la historia del desaparecido en un reportaje con un máximo de cinco minutos y luego una entrevista en profundidad. Para presentarlo la Dirección de TVE nos dio una terna para que eligiéramos. Dos de ellos procedían de Radio Nacional y el otro era un actor joven. En una sobremesa en un kiosco de la Casa de Campo nos decidimos por Paco Lobatón al que conocíamos por haber presentado telediarios.

Los arreglos al nuevo formato funcionaron y la audiencia se fue incrementando y en pocas semanas era el programa más visto de la televisión en España. A cada reportero se le encargaba un caso que debía de seguir hasta su resolución. Así me encargaron Alcacer.

Con todos los casos que investigué, en 1993 escribí “Desaparecidos”, libro que publicó la Editorial “Temas de Hoy” y que en la actualidad hay más de treinta páginas piratas que lo ofrecen y una docena de blog que lo manejan cuando se habla del Crimen de Alcacer.

Hace un mes, Netflix, ha publicado una serie titulada “Alcacer” en que han adquirido todos los reportajes que hice para “Quién sabe dónde” y un programa de “Dossier” que escribí, previo guion que me encargó TVE, y que se titulaba “Alcacer. Diario de un padre atormentado”. Eran finales del año 1996. En el Fernando García Mediano, padre de Miriam, que se había hecho con el sumario del caso, me explicó todas sus dudas y sobre ellas estructuré la historia que contó en primera persona. Hoy la productora que le ha comprado el documental a TVE, lo ha troceado y expuesto a lo largo de los cinco capítulos de la serie. Y en algunos de esos trozos, ponen un rotulo que dice “Exclusiva”. Una exclusiva extraña porque el programa se emitió en “prime time” de la Primera Cadena y tuvo una audiencia del 33%. Tendrán que dar explicaciones porque el derecho moral sobre la integridad de la obra es mío y es intransferible, y responder por los derechos de autor. Porque, extrañamente y a pesar de los títulos de crédito, se han olvidado de citar a los autores de la obra audiovisual y de solicitarle los permisos que la ley exige para transfórmala.

Hoy los telediarios hablan de que se han encontrado cerca de la fosa de La Romana, los huesos de una mano, que una vez analizados por los forenses han resultado ser humanos. Hay que tener en cuenta, según los informes de los forenses que hicieron la autopsia de las Niñas, que a dos de ellas, Desireé y Miriam les faltaba una mano. Y así lo narraba Fernando García en “Diario de un padre atormentado” y era una de las preguntas al aire que hacía al finalizar el documental.

Nuevamente vuelve a la máxima actualidad el Caso Alcacer y no será la última, porque el levantamiento de los cadáveres, y con la precipitación con que se hicieron, dejaron sin despejar muchas preguntas sobre ese asesinato. O tal vez como el padre de Miriam cree haya otras causas ocultas. 
















No hay comentarios :

Publicar un comentario