Las comarcas vaciadas y la progresión femenina en el deporte

MIGUEL CARDADOR LÓPEZ
(Presidente-Editor)


En los últimos meses se está hablando mucho de los territorios rurales, que en nuestro país representan casi el 80% del total de su superficie. Para mí, entre la gestión política escasamente preocupada por las zonas rurales y la poca practicidad de sus propios habitantes en tener mentalidad y compromiso para comprar sus necesidades en su hábitat natural, están provocando una auténtica sangría. Y lo que hoy es considerado como una desmembración poblacional a las grandes urbes, si todo sigue así, en un futuro provocará la muerte de muchísimos pueblos y comarcas.

Entre los parques eólicos que es uno de los ejes de tener ingresos fáciles, pero que al mismo tiempo ejemplifica el deterioro al que se han visto abocado las zonas rurales.

El gobernante urbanita acostumbra a concebir las políticas públicas en las provincias del interior como si estas fueran una especie de vertederos en los que echar aquello que no quiere las grandes ciudades.

Ya sea centrales nucleares, almacenes de residuos de alta radiactividad, cárceles, plantas hidroeléctricas, instalaciones donde tratar la basura a escala macro. El cebo para albergar todos estos “obsequios” es el dinero. Entre otras los diferentes gobiernos autonómicos no han frenado a la voracidad de las eléctricas para explotar el dividendo de las renovables. Sin planificación. Sin visión nacional. Y sin criterios paisajísticos más allá de vincular el impulso de estas fuentes a la especulación. El resultado deprime: ni el mundo rural ha recibido el espaldarazo necesario ni España cumple con los objetivos fijados para combatir el calentamiento global.

Políticos que tienen un comportamiento delictivo teniendo como resultado la quintaesencia de todo este desastre.

Pan para hoy y hambre para mañana. Ayuntamientos que pasan de tener apuros económicos en sus presupuestos a derrochar cantidades desorbitadas que una parte de ellas las destinan a cosas superfluas, como obras infrautilizadas y viajes a sitios exóticos o países que carecen de democracia aprovechándose de su propia debilidad, donde no solo no ayuda a la España vaciada sino que terminará por finiquitarla.

Aunque parezca que nuestra comarca está muy lejos aún de lo que expongo, ya podemos palpar los síntomas de “gripe”, como la caída en población especialmente de nuestros jóvenes más preparados en un arco de edad de entre 20 y 36 años, la nula conciencia de comprar en sitios donde la plusvalía se va a quedar en nuestros pueblos, dándose la incoherencia de alegría y gran noticia que un pueblo de Los Pedroches haya sido premiado con una “golosina”, por ser el que más ha comprado por internet a la multinacional Amazon, con respecto al número de habitantes.

Con un extensísimo territorio de unos 5.000 km², siendo la segunda comarca más grande de las cerca de 60 que componen nuestra comunidad, apenas tenemos 52.000 habitantes, teniendo el engaño que en los 17 pueblos hay un censo superior al número real que habita en ellos.

No tenemos más que mirar a nuestros vecinos del Guadiato, que están “agonizando” año tras año. Si les hubieran dicho hace 5 ó 6 lustros que iban a estar tan mal como están en población, trabajo, delincuencia, etc., la mayoría no lo hubieran creído.

No podemos seguir echando “balones” fuera. Si no estamos unidos y miramos de forma consciente, el tiempo será el juez que certificará nuestro deterioro a todos los niveles, quedando una comarca residual y vacía.

En la segunda parte de este artículo quiero exponer con todo merecimiento y admiración del avance imparable de las deportistas femeninas en nuestro país.

Recién terminado el Mundial de fútbol y la Eurocopa de baloncesto femenino, nuestros equipos han tenido una actuación sobresaliente. En baloncesto se han proclamado de nuevo campeonas de Europa, demostrando en sus partidos una clara superioridad. Y en fútbol un penalti dudoso las echó fuera frente a la campeona invicta, Estados Unidos.

Yo particularmente he estado pegado al televisor siguiendo ambos eventos, no porque me lo haya dicho nadie, lo he hecho por el espectáculo de gran nivel que han ofrecido, y que, sinceramente, me ha sorprendido.

He podido observar lo que han subido en potencia física, técnica, táctica y lectura del partido según el resultado que se iba dando. Igualmente las árbitras han dejado patente su gran nivel, e incluso en algunos partidos han demostrado que su acierto y diálogo con las jugadoras lo han hecho con más suficiencia que los árbitros de primera división.

Yo empecé a hacer running de larga distancia en el año 1998, acudiendo en unos meses a participar en medias maratones, en la Maratón de Madrid y en la carrera de 100 km que se organiza en la capital madrileña. En los primeros años la presencia de las mujeres era casi testimonial y en varias medias maratones en las que participé recuerdo que la que ganaba entraba con un tiempo parecido al mío.

Mi sorpresa admirativa ocurrió en el año 2007, cuando después de 6 años sin correr la media maratón de Córdoba, comprobé la gran cantidad de mujeres y la subida cualitativa en el nivel. Al finalizar la misma puedo certificar que más de 30 mujeres entraron en meta por delante de mí.

En la actualidad todos podemos ver en nuestros pueblos a mujeres de todo tipo de edades y constitución física corriendo con el gen de la adicción por el running. Igualmente en deportes colectivos de todo tipo, individuales como el pádel, ciclismo, tenis, natación, etcétera

Todo este ascenso meteórico es por el esfuerzo constante de las mujeres, que se lo han currado día a día, llegando a unos peldaños altos, que ofrecen verdadero espectáculo que atrapan al televidente o en presencia directa.

Flaco favor hacemos con etiquetas de feminismo y machismo, porque para mí cualquier ser humano, sea mujer u hombre, puede hacer lo que se proponga, porque por encima del sexo, todo está en la mentalidad, la constancia en entrenar y en las condiciones que cada uno tenga.

Yo he disfrutado durante 15 días con el espectáculo de calidad que tanto en baloncesto como en fútbol han ofrecido, con una gran carga de emoción, que en nada ha desmerecido con el masculino.

Por fortuna, el avance meteórico de la mujer en el deporte es una realidad y no me cabe la menor duda que seguirá subiendo.


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