PONGAMOS QUE HABLO DE VIVIR (LV) - Fertilización del olivar (parte I)

JOSÉ ANTONIO CARBONERO FERNÁNDEZ
(Técnico de la Cooperativa Olivarera Ntra. Sra. de Luna de Vva. de Córdoba)


Justus von Liebig, fue un químico y profesor alemán, considerado uno de los científicos más ilustres del siglo XIX por sus aportaciones a la química orgánica, la bioquímica y la química agrícola, era sin duda, un adelantado a su tiempo y esta frase lo refrenda: “Con cada cosecha, el suelo comienza a perder amoniaco, ácido fosfórico, calcio, potasio, y mucho más. La fertilización a base de estiércol no es suficiente para suplir todas las carencias, y entonces se deben adquirir fertilizantes y construir fábricas para producirlos”.

Fertilizar no es otra cosa que alimentar a las plantas de forma conveniente, en el caso concreto que nos ocupa, alimentar al olivo. Se trata de una operación crucial para el cultivo, pues si el nivel de nutrientes desciende hasta llegar a ser deficitario, esto supone desequilibrios muy importantes en la planta, suponiendo importantes pérdidas tanto en su producción como en su crecimiento, recordemos que el olivo crece durante todo el año a excepción del invierno, es decir, prácticamente no deja de crecer durante todo el año.

Les decía pues, que nos encontramos con dos tipos posibles de fertilizaciones o aportes nutritivos, según el camino que usemos para abordarlas. Una de ellas es la fertilización o abonado vía suelo, cuyo objetivo es que sea la raíz del olivo la que absorba el abono aplicado. Enfocada en el ruedo del olivo (justo bajo su copa), normalmente se ejecuta mediante el aporte de abonos sólidos (minerales/orgánicos) o bien de la fertirrigación (aplicación simultánea de agua + fertilizantes al olivo mediante el riego). También existen abonos líquidos, tipo materia orgánica liquida, que podemos usar directamente al suelo, o bien junto con la aplicación de herbicidas que les comentaba en el artículo anterior.

La otra alternativa que tenemos para la fertilización es la vía foliar, esta otra opción consiste en abonar la copa del olivar y de esta modo el producto aportado es asimilado a través los poros de las hojas de los olivos. Normalmente mediante tratamientos foliares con atomizador o cuba con pistolas de presión. Como les decía, la fertilización vía foliar, consiste en realizar un conjunto de operaciones que tiene por objetivo mejorar la fertilidad de éste medio, como si fuese una balanza, buscando aportar o restituir los nutrientes que la planta necesita o le son extraídos, por ejemplo en este caso, por la aceituna.

Para controlar conveniente el estado nutricional de un olivo usamos las analíticas foliares, que nos permiten detectar y corregir los problemas nutricionales de este, comentarles que es recomendable realizarlo al menos con una frecuencia de dos años. Es muy importante la realización de este análisis para así obtener la detección precoz de los desequilibrios nutricionales para su corrección. En el olivar, el momento óptimo para la toma de hojas es la primera-segunda semana del mes de julio.

El análisis consiste en tomar unas doscientas hojas del olivo incluyendo el peciolo o “rabito de la hoja”. La disposición de las mismas a la hora de cogerlas no es al azar, deben de pertenecer al crecimiento del brote pero ojo es muy importante, las hojas del año anterior, con o sin fruto, se tomarán dos hojas por olivo, a la altura de los ojos aproximadamente. Una vez cogidas, se guardan en un sobre o envase de papel, nunca plástico, y se almacenan en el frigorífico hasta que sean enviadas al laboratorio. Una vez obtenidos los resultados, es el técnico el que se encarga de la interpretación de los mismos, información que comparte, traslada y discute con el agricultor.

El olivar tiene unos períodos críticos de observación que el técnico de conocer y en los cuales ha de mantenerse bien atento, estos períodos son la fase de brotación de olivo, la fase posterior al cuajado del fruto y la pre-maduración de la cosecha. Los parámetros que debe comprobar son el tamaño y la forma de la hoja, el crecimiento anual del cultivo y la distribución de los frutos en la copa, el tamaño y color de los mismos.

En definitiva, un compendio de acciones que a priori, deben dar como resultado la buena gestión del cultivo. Al tratarse de un tema complejo y extenso, completaremos la información referente a la fertilización del olivo en un segundo artículo, que a titulo técnico-divulgativo, pretende informar al lector y al agricultor sobre la importancia del mismo, intentando fomentar el interés de éste con respecto al asunto que nos ocupa.


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