Museo de Historia Local. Villanueva de Córdoba

JUAN ANDRÉS MOLINERO MERCHÁN 
(Doctor por la Universidad de Salamanca)


ESTAMOS DE ENHORABUENA. Hace unos meses se inauguró el Museo de Historia local de Villanueva de Córdoba. Era la culminación material y espiritual de un dilatado proyecto muy ansiado desde hace décadas; la fructificación de un ideal que se viene forjando desde hace muchos años por hombres (como Silverio Gutiérrez) y mujeres avezados en la Historia de esta localidad. Desde los años setenta se rastrean profundas inquietudes por conocer y descubrir el legado histórico de esta villa y su entorno comarcal; de todos son conocidas las iniciativas de aquél primer emprendimiento denominado “Misión Rescate”, que devino posteriormente en otros proyectos y ha sido secundado en tiempos recientes por el apoyo de la Asociación de Amigos del Museo de Historia Local. El resultado de todas estas inercias, que nunca han parado, lo encontramos ahora en un extraordinario enclave recuperado y adaptado para museo: la vieja Estación de ferrocarril. En cuanto a la tarea museística, se trata de una ardua labor de recuperación, conservación, clasificación, restauración, inventariado, catalogación, etc., que nunca es compensada en términos crematísticos ni institucionales, más allá de la satisfacción personal y colectiva por trabajar por una meta imprescindible. Ahora se abren nuevos horizontes hacia una tarea que no es nada sencilla. Explicar y proyectar la historia de una localidad, en toda su distancia temporal y esencia conceptual, tiene su enjundia. Abrir las puertas con ilusión a una institución de este tipo ya tiene mérito y trabajo: porque siempre sabes que es solamente el comienzo de una tarea ingente; porque requiere de personas comprometidas que no desfallezcan en el intento de hacer algo digno; porque nunca se cuenta con los recursos económicos necesarios para levantar un museo, de mayor o menor dimensionalidad; porque requiere planteamientos novedosos e innovadores que vayan en sintonía con los tiempos, etc. Con todo ello, la apertura es un paso de gigantes, una aventura emprendedora que nos abre una senda para empezar a andar. El punto de partida es sólido, toda vez que –como queda indicado– que son muchos años haciendo acopio y estudio de materiales que conforman un elenco importante del legado de Villanueva de Córdoba y Comarca; muchos son los elementos expuestos, siendo aún mayores las existencias en la recámara, a la espera de mayores desarrollos. De momento, sobra señalar que el proyecto bascula claramente hacia el ámbito arqueológico y etapas prehistóricas, que deben ser el punto de partida hacia otros derroteros más amplios.

El visitante del Museo se dará cuenta rápidamente de que lo expuesto no es fruto de un día. Constituye el sedimento de una ilusión forjada a machamartillo de tiempo y obsesión por conocer y aprender nuestros orígenes. Eso nadie lo puede negar. Fácilmente pueden apreciarse en una veintena de vitrinas los esfuerzos realizados para mostrar materiales líticos y metálicos de las diferentes etapas históricas. La exposición, realizada en los cánones tradicionales, presenta orden y claridad expositiva en piezas y murales de carácter didáctico, fuentes primarias y secundarias esenciales, explicaciones contextuales, etc. Con ilusión inusitada se aprestan algunos jóvenes formados, y no tan jóvenes, a emprender un camino espinoso con motivadoras actividades para el usuario: conferencias; explicación de “Piezas del mes”; visitas programadas a entornos y contextos históricos, etc. No cabe otra cosa que felicitarles para que prosigan con un ideal que se va haciendo realidad. Sobra señalar que lo difícil viene ahora. Los museos e instituciones de carácter histórico son un mundo complejo, y por definir, en nuestros días. Cambian las formas y conceptos de entender la Historia, y por su puesto la interpretación de los legados y su difusión. Actualmente ya no tiene cabida la lectura de un simple expositorio de objetos a la manera tradicional, cuando empezaban hace siglos a realizar acopio de vestigios y exponerlos para sorprender. En nuestros días esas pretensiones quedan completamente superadas. Ahora se requiere un extraordinario dinamismo en cuanto al seguimiento y estudio de materiales en términos científicos, que es esencial. Más aún, pues resulta imprescindible plantear soluciones amplias y abiertas de proyección de la Historia, desde perspectivas muy diversas y actuaciones plurales. Entendemos que el Museo de Villanueva, como un niño que nace, tiene todo un mundo por delante que ha de ir dando pasos firmes hasta dotarlo de vida y vestirlo no solamente con traje bonito, sino lo que es más difícil, componerle el alma, espiritualidad, formas y estilos de vida satisfactorios a estos tiempos. Hay que empezar desde la cabeza a los pies, y de dentro a fuera. La tarea es inmensa, porque todos los recursos de una Historia son ingentes, y el abanico de posibilidades debe ir creciendo en términos amplios, a lo largo y ancho. En cuanto a la forma externa, creo que hasta lo más básico es esencial. La sede en que se ubica el Museo no es cuestión baladí: porque es parte de la Historia de la villa y requiere una amplia dedicación y explicación, que es muy fácil desarrollar. En cuanto a la proyección y difusión del material, no tengo la menor duda de que el Museo desarrollará formas actuales (más allá de la cartelería, audiovisual, etc.) e innovadoras, con talleres y dinámicas audiovisuales de yacimientos (con drones) que resulten atractivos; tratamiento de nuevos vestigios de la Modernidad, etc.. Igualmente cabe pensar que el futuro del Museo tendrá que caminar por la senda de la ampliación temática, pues larga es la Historia de la Villa y comarca, con una significación muy especial en la Modernidad y Contemporaneidad, con recursos y materiales que se encuentran muy alcance de la mano. En fin, nos encontramos en los primeros pasos de vida que merecen, ante todo, nuestra felicitación y buenos deseos de proseguir por un camino fructífero plagado de horizontes.


2 comentarios :

  1. La Comarca de los Pedroches tiene mucho que aportar al mundo de la Cultura. Parece que Ayuntamientos, entidades y "preocupados-as" se van despertando y van dando a luz iniciativas algo aisladas. Siendo el Museo de Villanueva de Córdoba una espléndida idea a la que los "jarotes" habrán dedicado sacrificados y generosos esfuerzos, no me gustaría asistir al nacimiento de 17 Museos de Historia Local en la zona, sin embargo si creo en una gran instalación que con la colaboración de "los 17" sepa contar con ilusión la Historia de la Comarca. Creo que la fragmentación del colectivo de las Siete Villas fue un error: ganaron los independentistas. Mis consideraciones apuntan a que los esfuerzos actuales deberían concentrarse en una especie de "fusión de las 17", al menos para temas fundamentales de interés general. Aparte, cada pueblo puede potenciar sus peculiaridades, por supuesto. Fijemos lo común y trabajemos juntos. Sinceramente lo hecho de menos. Quizás lo realizado por la COVAP puede servir de ejemplo (esto no significa, para nada, concentrar todo en los grandes pueblos, estoy diciendo justo lo contrario). Todos sabemos que las penurrías comparidas se dividen y las alegrías juntos de multiplican. Pues eso.

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  2. penurrias compartidas, quería decir.

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