Comienza la montanera mejorando la lluvia el aspecto de la dehesa

ANTONIO MANUEL CABALLERO
LOS PEDROCHES

El espectáculo de la montanera ha empezado un otoño más en Los Pedroches. Desde principios de noviembre los ganaderos han favorecido que los cerdos ibéricos tengan como rutina diaria salir cada mañana de los establos para alimentarse con bellota y con hierba, los recursos naturales de la dehesa, y así engordar, antes de que a partir de enero y hasta marzo comience la fase de sacrificios en el matadero.

Este año hay más bellota que el anterior pero la insuficiente lluvia de octubre y noviembre, unido al periodo de sequía desde primavera, ha retrasado la maduración del fruto de las encinas, y el desarrollo de la hierba. No obstante, la lluvia del pasado domingo y de estos últimos días ha mejorado el aspecto de la dehesa.

El presidente del consejo regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Los Pedroches, Antonio Jesús Torralbo, señala que con esta lluvia la bellota, “cuyo calibre es ya bueno” está completando la maduración “con todas sus propiedades para que la reposición del cerdo sea la adecuada”.

La hierba también forma parte de la alimentación en montanera “y esperamos que crezca con la lluvia ya que hasta ahora en muchas zonas el aspecto era de terreno de tierra”, según explica Torralbo. 

Cerdos en montanera en una finca de Los Pedroches.


Pedro Rubio, ganadero y presidente de la mesa del porcino de la Lonja de Los Pedroches, entidad que es referente nacional en la fijación de precios para el cerdo de bellota, indica que el cochino puede comer unos 10 kilos diarios de bellota y puede llegar a andar más de 10 kilómetros diarios lo que le permite fortalecer las patas -futuros jamones y paletas- y ese ejercicio hace que se infiltre en la carne los beneficios de su alimentación.

Pedro Rubio señala que el déficit de lluvia “es preocupante porque repercute en la supervivencia de las encinas” y ante la escasez de agua en las explotaciones ganaderas, se ha mostrado en contra de extraer el agua del subsuelo “porque también eso afecta al árbol” y a favor de aprovechar la almacenada en el embalse de La Colada.

Los cerdos viven en libertad en la dehesa y tienen la destreza de pelar las bellotas y desechar la cáscara. La bellota, especialmente de encina, es en esta época rica en ácido oléico, almidones y azúcares, y su ingesta por el animal genera una carne con propiedades saludables y produce unos jamones con un sabor único.

La hierba incorpora también antioxidantes y hace que el cerdo se refresque y se mueva con comodidad, sobre todo cuando va ganando peso, por lo que es un incentivo para que siga comiendo bellota. Nada que ver con los cochinos encerrados en granjas y sólo alimentados con pienso.

En cuanto a la DOP, su presidente, Antonio Jesús Torralbo, explica que son más exigentes que la norma de calidad en el máximo de animales por hectáreas y ha avanzado que esperan marcar esta campaña más de 25.000 cerdos de bellota. 


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