Se jubila D. Miguel Ruiz Fernández, un galáctico de la cirujía

MIGUEL CARDADOR LÓPEZ
(Presidente-Editor)


Con fecha oficial del próximo 28 de diciembre, cuando cumpla 67 años, se jubila el conocido facultativo especialista en cirugía general D. Miguel Ruiz Fernández, que llegó al Hospital Valle de Los Pedroches en el año 1986, un año después de su apertura. En él ha permanecido durante 33 años desarrollando su bendita profesión.

Empecé a conocerle personalmente en el año 1995, cuando ambos fuimos concejales por el PP en el Ayuntamiento de Pozoblanco, donde tanto él como la mayoría de compañeros ejercíamos la oposición de una manera bastante distinta a como se concibe normalmente, porque queríamos lo mejor para nuestro pueblo y en la mayoría de las situaciones nos sumábamos a lo que proponía el equipo de gobierno. Primero porque muchos de los acuerdos los considerábamos buenos para nuestros vecinos y la confrontación por sistema y sin justificación la veíamos absurda e irracional, y segundo porque los ciudadanos en una mayoría habían decidido que ese partido era el que tenía que gobernar.

Pronto me di cuenta de su calidad humana, del tono pausado y el diálogo promoviendo siempre la concordia ante cualquier situación.

Recuerdo que uno de los mejores días de convivencia de toda la corporación fue el 28 de febrero de 1996, día de Andalucía, donde los 17 miembros empezamos el día con un desayuno para posteriormente sembrar árboles en el parquecito de la denominada zona de las “Casas blancas”, en la calle Ronda Plaza de Toros.

A las 12 en el pabellón del Polideportivo Municipal disputamos tres partidos de tiempo reducido. Por un lado los concejales y por otro una selección de presidentes y directivos del club deportivos.

De nuevo Miguel me sorprendió gratamente por sus dotes deportivas, siendo uno de los mejores sobre la goma del pabellón, tanto en baloncesto, balonmano y fútbol sala. Por cierto, y con toda modestia, ganamos nosotros.

Después vendría la comida y una sobremesa que se alargó hasta la noche. Un día que no hizo nada más que confirmar la cordialidad y respeto de los miembros de aquella corporación.

Centrándome en el capítulo de la medicina, he podido comprobar tanto como paciente y también con familiares, la gran profesionalidad y, nunca mejor dicho, “su ojo clínico” para curar a la diversidad de pacientes de toda nuestra comarca.

Siempre ha conjugado su dulzura y calidad humana con sus enormes condiciones de cirujano, atendiendo en su consulta de especialista a todo el que requería sus servicios, llegando la mayoría de días a rebasar con creces el horario de terminación. Igualmente, cuando estaba de guardia, se multiplicaba para seguir atendiendo a todo el que le solicitaba que pudiera verlo y darle su opinión profesional.

Creo que no exagero si digo que en estos 33 años ha pasado por su consulta casi la mitad de la población de Los Pedroches, incluso pacientes de otras comarcas.

A sus 67 años a punto de cumplir, se encuentra en un estado de forma sensacional, tanto físicamente como mental, y para mí, como creo que para la mayoría, es una auténtica pena y pérdida que estando como casi cuando yo lo conocí se tiene que retirar de su profesión. Yo creo que mientras las facultades te acompañen, a esta edad, es cuando más soluciones acertadas das. Aunque también es cierto que tiene muy bien merecido el descanso después de tantos años de incansable trabajo

Últimamente nos vemos los lunes en el Social Pádel Club, donde acude a jugar al pádel con compañeros del hospital, lo que demuestra lo que decía de la agilidad física que tiene.

En este momento donde prima lo hortera, la ilógica, las declaraciones extravagantes, las salsas rosas de personajillos, etc, creo que no sabemos valorar a personas que han dado tanto como D. Miguel Ruiz Fernández en lo más valioso que tenemos: nuestra salud

Miguel tendrá siempre el homenaje de todos los pedrocheños, porque entre los pacientes que ha atendido y familiares directos de estos, para ellos es un auténtico galáctico de la medicina.

Él, como un pozoalbense más, seguirá viviendo en Pozoblanco rodeado de toda su familia.

Yo, desde este humilde periódico, me sumo al reconocimiento y agradecimiento por lo mucho y bueno que ha hecho desde que llegó. Por lo que termino diciendo: ¡Gracias, muchas gracias, y salud para que disfrutes de tu más que ganada jubilación!


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