¿Independientes?

MIGUEL BARBERO GÓMEZ


Me pide el director del semanario LA COMARCA, mi buen amigo y tocayo Miguel Cardador, que aporte una colaboración para la citada publicación. Acepto encantado y honrado con tal solicitud, pues participo totalmente del espíritu y estilo que promueve este medio informativo de Los Pedroches.

Estamos asistiendo en estos últimos días a la representación de la tragicomedia del llamado “asunto catalán”. Un bochornoso espectáculo, que si no fuera por las fatales consecuencias que pudiera arrastrar, podríamos considerarlo como un anticipo del carnaval que se avecina. A ver, una parte importante de la sociedad catalana, aleccionada desde hace décadas por las libertades y concesiones autonómicas que los sucesivos gobiernos de España han otorgado a la Generalitat, pretende la independencia de Cataluña.

Las trasferencias a las comunidades autónomas en los aspectos educativo y económico, principalmente, han facilitado que el descentralismo que promulga nuestra Constitución en favor de un mayor autogobierno de las autonomías haya sido utilizado por el gobierno catalán para inocular en las jóvenes generaciones de catalanes un sentimiento de rechazo y distanciamiento de todo aquello que represente al conjunto de España. Desde los centros educativos de Cataluña se ha presentado a los escolares una versión de la historia, totalmente distorsionada y repleta de falsedades. Y en el aspecto económico, supongo a los lectores informados de ese latiguillo que nos viene de esa región española: “España nos roba”. ¡Completamente falso! La comunidad catalana es la más endeudada de España, allá por los ochenta mil millones de euros es el déficit del desgobierno catalán. Cantidad sacada de los bolsillos de todos los españoles. Es el gobierno central el que está resolviendo la enorme papeleta que arrastra Cataluña en todos los aspectos fundamentales que necesita una sociedad de nuestro tiempo. Gracias al gobierno de España, se está resolviendo el pago farmacéutico, nóminas de funcionarios, atención social, pago a proveedores, etc.

Los independentistas catalanes se apoyan históricamente en que España invadió Cataluña en 1714, cuando en realidad lo que ocurrió es que tras la muerte de Carlos II El Hechizado sin dejar heredero que lo sucediera, se produjo en toda la nación española un enfrentamiento entre los partidarios de los dos aspirantes a la corona de España; por una parte el Archiduque de Austria y por la otra, Felipe V. Toda España estuvo sumida en lo que se denominó la Guerra de Sucesión y que tuvo enfrentados a los partidarios de uno y otro bando durante varios años. Y como ocurre en todos los enfrentamientos bélicos, los triunfadores ejercieron una dura represión ante los vencidos a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, no solo en Cataluña.

Esta breve referencia histórica bastaría para desmontar esa falsa aseveración independentista de la invasión de una nación española a otra catalana.

Por otro lado, la Constitución de 1978, deja bien claro que ninguna parte de la nación española puede segregarse a consecuencia de lo que decidan unos pocos. Por cierto una constitución que fue votada por una abrumadora mayoría del pueblo catalán. La soberanía nacional reside en todo el pueblo español, ¡en todo! Y la Unión Europea deja bien claro que ninguna parte de un país miembro, como lo es España, puede independizarse y seguir perteneciendo a la Comunidad europea. La Carta de Naciones Unidas también proclama que para realizar un referéndum de independencia, han de darse una serie de circunstancias que no coinciden en el caso de Cataluña. Es más, ¿qué sería de Cataluña y de los catalanes aislados del resto del mundo? Y, ¿qué pasaría con los catalanes que se sienten españoles?

Respetemos la Ley y la Democracia que tanto costó conseguir. 


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