80 años de cruces


JUAN FRANCISCO PERALBO REDONDO


Celebrando esta cristiana y universal fiesta de las cruces del primaveral y florido mes de Mayo; lapso de tiempo dedicado a María; a la bendita Cruz; a las madres; a multitud de patronazgos como San Isidro, romerías Marianas a imágenes virginales; unidas a la más conocida de las festividades cordobesas, la de los patios. En Alcaracejos se festejan todas con alegría y devoción, pero con mucho amor, trabajo y respeto. Para prueba de ello la cruz confeccionada con todo cariño por los mayores en el patio de su Residencia “Antonio Mansilla”. Este año se ha optado, realizarla en el hermoso y florido patio de dicho Organismo, para facilitar el máximo acceso y visibilidad a los visitantes y a los propios mayores, uniendo ambas, los patios y las cruces. El título, “80 años” se refiere a la media general en edad de las personas que han trabajado en esta preciosa conmemoración, como lo hacen en otras como Semana Santa, Feria, Navidad, etc. Con esta envidiable añada, es de elogio que mantengan capacidades tan cotidianas como el uso de herramientas y conceptos de confección, colocación y diseño.

Alcaracejos se ha convertido en estas últimas décadas en el referente de salud, ocio, spa termal y terapéutico, de descanso, pero sobre todo es la mejor alternativa para los mayores de nuestra Comarca y Provincia, ya que al ser la pionera y la visionaria en estos servicios tan necesarios en los últimos años donde las personas han aumentado enormemente sus esperanzas de vida. Es aquí donde reciben todos sus cuidados, de tipo emocional, médico, educativo, social, festivo, cultural, físico, lúdico, activo, nutricional, afectivo, etc. en un amplio lugar rodeado de los mejores profesionales. Centro que: 
- Nutre sus experiencias, vivencias, cualidades, sapiencias, etc. 
- suaviza sus carencias, sus imposibilidades… 
- pule sus malos recuerdos y experiencias, sus perdidas y ausencias… 
- vigila sus medicamentos, su higiene, sus restricciones culinarias… 
- acrecienta sus ansias de trabajar, participar, sentirse útiles, su autoestima, sus valores humanos… 
- otorga su derecho de opinión, de proposición, de iniciativa... 
- facilita la oportunidad de dar y recibir felicidad, sonrisas, amabilidad, respeto… 
- favorece el cambio de la pasividad por el trabajo, bien individual o colectivo; el reposo y la inactividad por actividades alternativas, lúdicas, recreativas, festivas, con otras laboriosas y de concentración.

La jornada diaria es muy colorida y multidisciplinar, aunque todo está ya previsto con antelación, siempre surge la posibilidad de cambios y adaptaciones según las circunstancias. Tras un buen y variopinto desayuno al gusto, se dirigen al moderno Gimnasio, donde cada uno dentro de sus posibilidades, siguen las directrices de las Fisioterapeutas. Prosiguen su matinal cotidiano con las diversas actividades que les tiene preparadas el Animador Sociocultural, adaptadas siempre a sus facultades, en forma de labores, juegos, proyecciones de cine de su época, sesiones de cocina tradicional, rememoración de fiestas, tradiciones, etc. con todas las cuales:

Refuerzan su identidad y sus raíces comarcales; se sienten con ello útiles y competitivos; aparcando la apatía y el inmovilismo; ejercitando todas sus cualidades (algunas sorprendentes por sus edades); manteniendo sus capacidades más básicas, como las auditivas, visuales, motoras y comunicativas, de expresividad e interrelación; todo ello con un carácter lúdico-recreativo que les aporta un incremento de la capacidad mental y reflexiva; sus increíbles dotes de imaginación, creatividad, etc. que asombran a sus familiares, a visitantes y a trabajadores del Centro. Con sólo darles lo más simple, como son unos lápices de color y un papel, ya comienzan a deshilvanar sus recuerdos, sus inquietudes, y sus experiencias vividas (siempre con colores alegres, vivos y maravillosos). Si además les facilitamos los modernos materiales para trabajos manuales, te pueden montar obras de museo, de colección, de una exclusividad admirable. Manualidades creativas que aderezamos con incursiones a nuestras celebraciones festivas, religiosas, tanto locales como comarcales o provinciales, entonces, se desatan en detalles, refranes, cancioncillas, fechas, anécdotas, referentes a sus pueblos diversos y distantes.

Y ya si para colmo reciben visitas de agrupaciones, de colegios o guarderías, de grupos y asociaciones, bandas y orquestas, etc. entonces sus caras acaparan matices sonrojados y brillantes, sus pupilas se dilatan al unísono de sus sístoles y diástoles, sus ojos comienzan a brillar con iniciativas lacrimógenas, sus manos y pies se desatan en movimientos que parecían reprimidos, sus cuerpos aparentemente calmos y sosegados, se tornan impacientes, excitados, expectantes, desenvueltos…; van a tope de sus posibilidades para con esta su “Cruz”, por eso trabajan a su ritmo: lento, pero firme; pausado, pero persistente; individual, pero compartido; alegre, pero con impregnaciones  melancólicas...; colección de sentimientos comunes, tales como: 
- Nostalgia producida por la amalgama de sus recuerdos; 
- Alegría y risas en el reconocimiento de sus errores y las conversaciones burlonas; 
- Satisfacción cuando les reconocen sus labores y actividades; 
- Orgullo personal por sus propios logros y capacidades; 
- y Autoestima de verse capaces de acabar trabajos tan sorprendentes, individual o grupalmente.

Los residentes, trabajadores y Dirección: invitan a todos los comarcanos/as a visitar sus instalaciones, sus inquilinos y sus trabajos. 

No tendremos chocolate ni licores que ofrecerles, pero sí la dulzura de estas personas súper agradables, enormemente agradecidas, acaparadoras y repartidoras de sonrisas y alegría. 


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