¿Orgullo?

DIEGO GÓMEZ PALACIOS


La palabra orgullo me parece fronteriza con soberbia. Las grandes figuras del deporte, la ciencia, las artes y las letras, en general, no se muestran orgullosos, sino humildes. He tenido la suerte de conocer personalmente y dialogar un buen rato, cara a cara, con Imperio Argentina y con Cantinflas, que me lo demostraron.

El orgullo, aunque se tenga, no debe referirse a uno mismo sino a nuestros hijos, nietos, discípulos y familiares o amigos muy cercanos de quienes nos sentimos orgullosos. Los personajes citados, como haciendo méritos ante mí, se mostraban orgullosos de haber sido amigos de Manolete y de haber visitado y conocido Córdoba. Yo solo he sacado a la palestra mi orgullo en casos puntuales cuando algún osado ignorante, presuponiéndose superior a mí en algún aspecto, me ha tocado las narices, o la autoestima.

En 1º de BUP sufrí acoso agresivo, sin violencia por dos…, como se llamen; por lo que decidí cambiarme al Instituto. Luego en 4º, me topé con uno de aquellos que había perdido dos cursos y me acosaba en plan exhibicionista; porque se sentaba junto a mí al disponerlo así la dirección del centro; cambié de lugar por mi cuenta y ningún profe me preguntó porqué. Si me llegan a preguntar se le hubiese caído el pelo a aquel…, como se llame. Después me lo encontré como chusquero en el CIR de Obejo, pero lejano de mí. Además yo era alférez. Supongo que ese…, como se llame, siendo suboficial, se encontraría como el pez en el agua, porque allí tenía “material” diverso y abundante para su “vocación”

Tuve de adolescente otro “pretendiente” vecino del barrio, 3 o 4 años mayor que yo, pero estuvo fino, me atacó con modales y argumentos, conversamos relajados, me decía que, como las niñas resultaban inaccesibles por la beatería galopante de allí y de entonces, habría que montárselo como fuese, tenía un discurso perfecto. Cuando me negué en redondo me pidió perdón y rogó que no lo comentase. Creo que este era bisexual como Federico García Lorca, (un maricón químicamente puro, no hubiese escrito La Casada Infiel, sin haber disfrutado de una mujer)

No puedo olvidarme de los mariquitas de siempre: Estos no salieron del armario porque nunca estuvieron dentro. Se comportaban como mujeres descaradamente, se les distinguía de lejos, nos piropeaban a los chavales jóvenes, que nos hartábamos de reír, algunos salían con mujeres como si fueran una más. Estos pobrecitos cuando ocurría en Córdoba algún suceso importante en que se sospechaba incidía el mariconeo, los encerraban unos días y los interrogaban a base de ostias.

Pero de los demás me endemonia que siendo…, como se llamen; salvo el bisexual, me acosasen asumiendo ellos el papel de macho y adjudicándome el de hembra. ¿Eres maricón o qué coño eres? ¿Quizá un degenerado? ¿Un loco vicioso?

Una persona docta en la materia me dice que la cuestión esta en los cromosomas y cromomeros, que nos imprimen caracteres innatos tales como raza, rubio moreno alto, bajito, enano, tímido, serio, simpático, valiente, medroso… No hay que brear a nadie por eso ni, por supuesto, a las personas cuya condición sexual no coincida con su físico o su carácter personal. No se trata de condiciones elegidas, no buscadas, son genéticas, innatas. En este aspecto tengo absoluto respeto. Pero me repatea eso del ORGULLO: Si no eres responsable de ser como eres, tampoco tengas el orgullo de serlo. No es tu mérito ni demerito.

Si lo abanderaran, titularan y asumiesen por ejemplo:. Igualdad, Honor, Dignidad, Tolerancia, Responsabilidad…; contarían con mi reconocimiento, incluso con mi participación en sus espectáculos en las avenidas madrileñas, eso sí, no iría en calzoncillos ni con las bragas de mi mujer, ni pintorreado. …Lo haría en chándal.


No es mi intención molestar ni ofender a nadie, he explicado mis experiencias personales, no todas, y mis opiniones. 


No hay comentarios :

Publicar un comentario