Protejamos la Mezquita, sea de quien sea


JUAN FRANCISCO PERALBO REDONDO


Esta joya arquitectónica edificada por emires y califas omeyas entre los siglos VIII y X -durante la dominación musulmana de la Península Ibérica- sobre los restos de una antigua basílica visigoda. La propiedad y la gestión pública del monumento, no solo ha llegado al ámbito cultural, político, religioso e incluso ciudadano. También el debate se ha disparado en otro campo, el jurídico, en el que de cuajar la iniciativa de una plataforma creada, será el escenario donde se dé la gran batalla sobre la titularidad de la Mezquita Catedral. Este templo es hoy una catedral, que fue antigua mezquita y anteriormente antigua basílica visigoda. Pero, ¿A quién pertenece hoy?:

A Los musulmanes: Que destruyeron la iglesia visigoda, hasta que fue totalmente derruida y soterrada. Hoy los musulmanes cordobeses piden respeto al legado andalusí, ciudadanos que quieren preservar su legado islámico.

Al Ayuntamiento: Este no puede inscribirla a su nombre según el Informe de la Asesoría Jurídica Municipal sobre la existencia o no de títulos que justificaran la inscripción de la Mezquita a nombre del Consistorio, tal y como solicitaron distintos colectivos de la ciudad. Sí se tiene conocimiento que dicho inmueble con la denominación de “Santa Iglesia Catedral de Córdoba” está ya inmatriculado a nombre de la Iglesia Católica en el Registro de la Propiedad número 2 de Córdoba”, además las distintas certificaciones aseveran que: no figura ni se tiene constancia de su inclusión en el Inventario Municipal y no se puede reclamar la titularidad municipal de la misma, al no haber formado parte nunca del Inventario de Bienes Municipales, pero sí que podría intentar que se declare nula la inmatriculación realizada en 2006 por la Iglesia, por un valor simbólico de 30 €.

A la Iglesia: La inscripción en el Registro de la Propiedad, mediante la inmatriculación, no tiene carácter constitutivo, sino declarativo, es decir, otorga publicidad sobre la propiedad, pero no otorga esa propiedad, es darle publicidad a un bien que ya poseía desde hace casi 800 años. La Iglesia para demostrar su titularidad, que se remonta a la donación del rey Fernando III al obispo Lope de Fitero en 1236 cuando los cristianos conquistaron la ciudad.  Es en ese año, conforme al Fuero Juzgo, el Rey Fernando III dona la Mezquita-Catedral de Córdoba a la Iglesia Católica de tal forma que ésta es propietaria del templo de manera indubitada y sin oposición alguna desde ese año. Se encuentran documentos, tanto de la Junta de Andalucía, como del Ayuntamiento de Córdoba, dónde se reconoce al Cabildo (Catedral de Córdoba) como propietario del monumento, y ya más recientemente, el Estado, a través de la Dirección General de Patrimonio, ha reconocido la titularidad eclesiástica de la Mezquita-Catedral de Córdoba. Toda la legislación internacional y nacional avala que la titularidad del templo pertenece a la Iglesia Católica desde 1236. En este sentido, el Cabildo recuerda el Ministerio de Hacienda así lo afirmó en un informe donde quedaba demostrado: “que la propiedad del monumento pertenece a la Iglesia”. Este acto, no supone en ningún caso, un cambio de propiedad o una compra, sino simplemente una notificación en el Registro de la Propiedad. Ante la ofensiva ahora de la Junta por controlar el principal monumento de Córdoba, el Cabildo le recuerda que en 1991 firmó un acuerdo con el órgano eclesiástico en el que reconocía por escrito que éste era el titular del monumento.

O titularidad “Pública”: Un informe del Secretario del Ayuntamiento de Córdoba declara que la mezquita de la ciudad no pertenece a ninguna Administración pública nacional o extranjera, ni a persona física o jurídica como tampoco a autoridad eclesiástica alguna. Por tanto, nadie puede adquirir su propiedad ni registrar su titularidad, porque este monumento está fuera del alcance del comercio humano. Para otros la mezquita, tiene un único dueño: “Todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas del mundo pertenecientes a cualquier tiempo o época sin distinción de pueblos, naciones, culturas o razas”. <<La titularidad de la Mezquita Catedral de Córdoba (según Susana Díaz), debe de ser Pública, tiene que ser de los cordobeses, de los andaluces y de los españoles>>.  Sin embargo ante todos estos pretendientes, están las siguientes imposiciones: En 1882, cuando el templo fue declarado Monumento Nacional, se reconoce formalmente como lugar católico consagrado y goza de una protección especial, no sólo por su declaración como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984, sino por la declaración en Qatar en 2014 como “Bien de valor Universal Excepcional”, lo que impide, que pueda ser adquirida por nadie ni pertenecer a nadie, ni siquiera por usucapión, es decir, por haber tenido su posesión durante 10 años. Tiene mayor rango por razón de su especial naturaleza que cualquier bien normal o tradicional y se encontrará siempre fuera del comercio de los hombres.

NOTA: La Iglesia cobra ocho euros a los visitantes de la Mezquita que no estén domiciliados en Córdoba, pero lo hace en concepto de “donativo”. En ningún lugar del ticket pone la palabra “precio” o aparece el desglose del IVA. Turismo calcula que la Iglesia ingresa nueve millones de euros en beneficios. Personalmente me resultó repugnante que a una íntima amiga (con familia en Alcaracejos, pero con nacimiento en el Gregorio Marañón de Madrid, a la que llevé a dicho “lugar”, tuvo que volver a la fila de taquilla, la esperé 30´ y entré con el DNI entre los dientes. Espero que a los musulmanes o sospechosos: por sus ropajes, atuendos, bultos, peinados, barbutajes, etc. tengan al menos el mismo denigrante trato, y que no por 8 € volemos a ese su idílico paraíso, además ni siquiera nos cachearon, la prioridad era y es el 8.


Tras todas estas posiciones creo humildemente que: La zona de la judería, zoco, sinagoga y sobre todo de la Mezquita Catedral, debe de ser rápida y enormemente protegida, ya que ante esta turbia paternidad, incita a estos nuevos pueblos rebeldes en nombre del de Allá, que están surgiendo, a sumarse a la herencia, y estos no saben de leyes, ni documentos, ni pleitos, solamente de violencia y sangre. Por tanto, ya se deberían haber tomado medidas hace tiempo y más ahora con lo que está sucediendo. Y no hablo sólo de colocar bolardos y maceteros en las principales vías de acceso a estas zonas turísticas, sino subir al nivel 5 y que intervenga el ejército. No por ello debe de venir todo el contingente de Cerro Muriano, pero para estar en otros lugares del mundo mejor que estén aquí. Defendiendo  a los cordobeses y a los turistas que nos visitan y nos dejan sus divisas. 


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