La historia se cuenta por guerras

JUAN PEDRO DUEÑAS SANTOFIMIA


Aparece como primer indicio de la existencia del ser humano en el ámbito de la familia.

Siendo solo cuatro o quizás cinco los seres existentes sobre la capa de la tierra, se manifestó el odio y estalló la primera guerra . Caín mató a Abel.

Sabemos que el relato es una construcción ficticia usado como un mal ejemplo, dando al nacimiento del ser la connotación de la muerte através del odio, pervirtiendo la realidad natural ( se nace por principios naturales y es la naturaleza la verdadera causa de la muerte).

Ya desde los albores, el odio vence a la razón incluso en el seno de la religión.

Siguiendo esa corriente nada acertada, nos contaron la historia de España acotándola por períodos bélicos. Edad antigua: desde la existencia del ser en sociedad hasta las guerras vándalas. Media, desde las invasión de los bárbaros hasta la “conquista “ ( yo diria mas bien expolio de los indígenas americanos ). Moderna, desde … hasta la primera guerra mundial, etc, etc. Así llegamos al dia de hoy usando la misma medida de cómputo: “La guerra de las lenguas “la guerra entre los sexos” “la guerra interna de los partidos “las guerras tecnológicas”. Mas, muchas mas guerras aunque los resultados desastrosos que conllevan se enmascaran pero nó por ello son menos dañinos

Me pregunto ¿Y qué ha sido de la razón?

El hombre ( y la mujer ) es un ser razonable y libre o al menos así se ha definido como ser diferenciador del resto de los elementos o seres naturales. Dando a la razón la finalidad diferenciadora entre la aparente crueldad de los seres irracionales y la causa del entendimiento entre los racionales, dos atributos que lejos de ser útiles para el entendimiento son causa de todos los conflictos humanos por ser éstos aceptados como garantía de ostentar la razón en uso de nuestra supuesta libertad por encima de cualquier otro valor.

Pretendemos que la razón y la libertad nos la otorguen la instituciones, como si de un valor material se tratare y así recurrimos a la norma reglada cuando nuestra razón no se impone sobre la de los demás, pretendiendo que la nuestra sea la única y verdadera ( como la religión católica) olvidando que la razón es la aceptación de lo que debe ser y no de lo que pretendemos que sea según nuestros cánones de entendimiento

Seguimos contando la historia por guerras, un concepto lingüístico que se ha introducido peligrosamente en nuestro vocabulario cotidiano y que está inoculando la mente y anulando la razón.

Si no ganamos la guerra de la sinrazón acudimos a la tutela de los tribunales con la inconsecuencia de que la razón que te otorguen alimentará aún mas la guerra através del odio que genera el orgullo del vencedor sobre la humillación del vencido.

No hay tiempo para sentarse, charlar, escuchar y otorgar la razón a aquellos que sepan argumentarla y estén mas próximos a la verdad porque tenemos tan asumido el concepto de guerra que el mejor será siempre el que al final la gane , con el amargo sabor que te infundirá la conciencia de sentir como enemigo a quien pudo ser tu amigo.

Siempre ha sido tal el predominio de los vencedores sobre los supuestos vencidos, que han relatado la historia ignorando las razones que pudieran haber tenido los vencidos, así como las sinrazones que desataron el conflicto.

Todos tenemos en el recuerdo las frases que pronunciaron los “supuestos” vencedores :

“Veni, Vidi, Vici (Julio César)

“Que Dios ampare a mi enemigo, porque yo no lo haré (General Patton)

Frente a estos sicarios de la guerra, tambien está la esperanza de quienes pretendieron imponer la razón sobre la fuerza.

“El hombre (y la mujer) tienen que establecer un final para la guerra. Si nó, la guerra establecerá un final para la humanidad” (J. F. Kenney)

“Porque la guerra es un castigo tanto para el que la infringe como para el que la sufre” (Thomas Jefferson).

Haciendo causa con mi admirado y respetado Julio Anguita, repito con él ;

“Maldigo las guerras y a quienes las promueven”

y añado; porque quienes así actúan no hacen uso del privilegio de la razón y se parecen mas a las “bestias” que a los seres humanos.

Ahora que está al uso el contenido del diccionario de la RAE, deberían los “doctos” analizar , en primer lugar, si hacer desaparecer el vocable, y dado que será imposible, al menos definirlo como un reproche de la razón.


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