El éxito del fracaso

JUAN PEDRO DUEÑAS SANTOFIMIA


El éxito como resultado feliz de cualquier proyecto basado en el esfuerzo puede tener algún componente de fortuna pero cuando la consecución del éxito se basa exclusivamente en el fracaso de los demás carece de consistencia y el propio fracaso ajeno, en que se fundamenta, le arrastrará asímimo.

Estas son las tesis contrapuestas que como única estrategia están utilizando tanto el PSOE como Ciudadanos como opisición al actual gobierno del PP.

Por su parte (con euforia contenida pero facilmente visible desde un análisis de su trayectoria política en el ámbito nacional), Ciudadanos, basado mas en el marketing que en un proyecto político con un argumento tan futil como la regeneración y la fiabilidad (como si se tratase de valores únicos atribuibles a su existencia) está haciendo, como vulgarmene se dice, la cama al Partido Popular al que sostiene habitualmente y alimenta en su alocada y corta carrera hacia el total fracaso.

Ciudadanos solo está esperado pacientemente ver pasar por su puerta el cadáver de su enemigo político para tomar el relevo de un poder corrupto con el que viene colaborando sistemáticamente ignorante de que esa complicidad puede arrastrarle a su propio fracaso. La última, en el relevo de la presidencia de la Comunidad de Madrid, consciente de que esa situación es efímera y en la confianza de que obstendrá rentas política sin mas méritos que atribuirse en exclusividad ser el único defensor de la transparencia, transparencia que no ha mantenido en su propio seno como organización política con un supuesto progama invisible de “copia y pega” y “donde dije digo, digo Diego”.

El Partido Socialista, por su parte, en una estrategia similar de aparente prudencia, vacía de todo contenido, yendo mas allá, alberga la esperanza de que ambos, Partido Popular y Ciudadanos, sean arrastrados en su abrazo del oso acordando la investidura del candidato propuesto en sustitución de la Sra. Cifuentes en la Comunidad de Madrid.

Ambas estrategias, en busca del éxito efímero, tienen el mismo origen y una misma finalidad basada en los respectivos fracasos del oponente , y no en el esfuerzo propio del cumplimiento de un programa previmente ofertado a sus votantes, que sería la garantía de su propia existencia y que ademas ganaría la confianza de los ciudadanos.

Ninguno de los tres partidos están legitimados para el ejercicio de una actividad que entendida como política debe profundizar sus raices mas en el pensamiento que en llenar el estómago, aunque su actuar puntual debe dar cumpliminto a las exigencias básicas de los ciudadanos pero no hacer de esta necesidad la causa fundamental de su existencia. Estos llamados “viejos partidos” o “partido de la renovación” están vulgarizando la política al extremo de que están cayendo en la convicción de que su única misión es administrar o mejor dicho mal-administrar los bienes públicos olvidando tanto los intereses e inquietudes de la ciudadanía como el cumplimiento de sus necesidades fundamentales, como serían la educación la sanidad, la justicia, la igualdad de oportunidades, la atención a los mayores y desvalidos con garantías por encima de cualqueir ideología, etc. etc.

El Partido Popular representa el fracaso de los valores que deben sustentar una sociedad sana, justa y libre porque ha mirado mas su privilegio de mantenerse en el poder que la defensa y garantía de los intereses de los ciudadanos que han sido utilizados como chivos expiatorios y no como los verdaderos destinatarios de su función.

Ciudadanos con su comportamiento ecléptico, oportunista y con mas forma que fondo, pretendiendo representar el futuro, está sustentando los vicios y corruptelas del pasado sin una voluntad firme de acabar definitivamente y con intransigencia absoluta con la corrupción de un gobierno al que está asfixiando facilitándole soplos de oxígeno hasta que le llegue el momento oportuno de hacerse con el poder asestándole el golpe definitivo.

Luego vendrá la pregunta: ¿Y después, que podemos esperar de unos dirigentes políticos tan burdos, torpes, osados y vacios de valores que con su actitud desprecian sistemáticamente la inteligencia de aquellos que nó solo ven sino que no se contentan con la situación?

Pues la respuesta debemos encontrarla en el análisis de los hechos para que por enésima vez no vengan las lamentaciones, aunque para ello haya que hacer un esfuerzo de reflexión en la confianza absoluta de que el esfuerzo lleva al éxito y nunca debe basarse en el fracaso de los demás. 


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