Pongamos que hablo de vivir (XXXII)

JOSÉ ANTONIO CARBONERO FERNÁNDEZ
(Técnico de la Cooperativa Olivarera Ntra. Sra. de Luna de Vva. de Córdoba)


El cooperativismo, es una herramienta de gestión socio-económica que consiste en una asociación voluntaria de personas, que se unen para trabajar con el fin de lograr beneficios para todos sus integrantes y para la comunidad en la que viven. Su principal objetivo no es el lucro sino brindar un servicio, y su ley fundamental es la igualdad entre sus miembros, pues todos tienen los mismos deberes y derechos.

La Economía Social de mercado se caracteriza por establecer una estructura conformada en tres pilares para así conseguir el funcionamiento económico de una sociedad: el emprendimiento, la competencia efectiva en los mercados y la responsabilidad social, con esa premisa, allá por 1958, un grupo de valientes no faltos de humildad, esfuerzo y tesón, se aventuró a crear nuestra Cooperativa Olivarera, para su nombre escogieron a la patrona local.

El pasado viernes 27 de abril nuestra Cooperativa Olivarera Nuestra Señora de Luna, cumplía 60 años, ahí es nada. Son muchos años, años llenos de alegrías y también tristezas, años de dura andadura por un terreno igual de sinuoso que nuestra sierra, años de lucha, de desencantos, de idas y venidas, pero al fin y al cabo, ahí está la cooperativa avanzando estoicamente por nuestro destino y vida, quizás ahora se encuentra inmersa en uno de sus mejores períodos, tanto a nivel socio-económico como a nivel de producción y prestación de servicios a sus socios y asociados.

La Cooperativa es un ente maravilloso, al igual que el agua de lluvia, que tan bien ha caído por nuestros olivares dicho sea de paso, se infiltra en el terreno económico y social de cada casa, de cada finca, de cada olivarero para así conseguir o intentar ayudarle en su dura lucha diaria, su objetivo, defender sus intereses y en cierto modo, tratar de mejorarle su existencia vital, pues no cabe duda de que ambos, cooperativa y cooperativista, están íntimamente relacionados, en lo bueno y lo malo también, pues es la masa social la que sostiene a la entidad y por la cual la entidad se sostiene a la par.

Sin unión no hay fuerza, el mayor y más importante papel de un socio es su unión con sus congéneres para así poder defender su explotación, su beneficio y su ganancia al fin y al cabo, pero de manera global y directa, sin prestarse a las manipulaciones de un mercado voraz que sólo busca el beneficio económico por encima de cualquier otro. A mediados del siglo XX cuando se fundó la entidad, la esencia del mensaje era la misma que hoy se reivindica, sin embargo las circunstancias eran diametralmente distintas.

En aquel momento, un grupo de agricultores unidos por un mismo fin, con pequeñas fincas de olivar y mucho esfuerzo, empezó a desarrollar la filosofía de economía social, dicha unión empresarial persigue la eliminación de lucro en el proceso productivo y la distribución directa de los beneficios mejorar la economía de los asociados, como bien define en su libro: “Olivarera Nuestra Señora de Luna – 50 años de Cooperativismo Agrario en Villanueva de Córdoba”, cronista oficial de Villaviciosa de Córdoba, gran amigo y mejor cooperativista al igual que su padre, Juan Gregorio Nevado Calero.

En fin, si hoy nos fijamos con atención, podemos observar cómo ha ido cambiado todo, como ha cambiado la vida e historia desde que aquellos “pizarrer@s” trabajaban las pequeñas porciones de tierra de la Dehesa de la Concordia, a mediados y finales del siglo XIX, gentes que vivían de forma permanente en el campo, en sus cortijos, sin estudios, ni tele, ni móvil, ni casi nada, solo la observancia del medio y gran entendimiento y visión del mismo. Si hoy les dijésemos que nuestra cooperativa recibe cosechas de en torno a 15-20 millones de aceituna por campaña no lo creerían, pero las cosas han cambiado y mucho, eso es incuestionable.

Existen grandes diferencias entre la empresa privada y las cooperativas, recalar en la cooperativa supone un cambio radical para los que en ellas están involucrados de uno u otro modo, descubrimos que la diferencia de gestión y actuación entre una y otra es muy importante, el valor del socio en una cooperativa es insustituible, forma parte de ella de forma directa, es un modelo donde lo que se ofrece es un servicio y un beneficio común, y mientras más nos unamos y más nos apoyemos, más grandes e importantes seremos y por ende mejor funcionaremos, la participación de todos es vital para la entidad, a la cual le deseamos largos años de próspera vida, qué duda cabe que ello reflejará, sí la gestión es la adecuada para tal fin, que los intereses de muchos estarán bien custodiados y bien representados.


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