Cada cual cuenta la feria como le va

MIGUEL CARDADOR LÓPEZ
(Presidente-Editor)


Anoche se dio el pistoletazo de salida de la feria de Pozoblanco con el nuevo formato de pregón, y su adelanto obligado por el festejo taurino de esta tarde. Estas fiestas cierran las de la comarca y también sirven de colofón y cierre del verano y entrada del otoño.

Todo en la vida cambia y a la feria le pasa lo mismo. Las circunstancias actuales de vida no tienen nada que ver con las que se daban hace 40 años.

Si le preguntamos a la ciudadanía qué feria querría en la actualidad tendríamos contestaciones para todos los gustos. Y una buena parte incluso hablaría con añoranza de una feria con más deficiencias y carencias que atractivos. Yo lo que creo es que hoy en día la amplia mayoría estamos saturados por todo tipo de ofertas de ocio durante todo el año, y por ello la feria ha pasado a un segundo plano comparada con lo que era antes.

Siendo lo más objetivo posible creo que la feria de Pozoblanco es bastante completa.

Tiene tres corridas de toros, que es una de las bases donde se cimientan las fiestas en cualquier lugar de nuestro país, porque, gusten o no los toros, todavía tienen su raigambre y son parte importante para atraer personas de otros pueblos.

Pozoblanco tiene un recinto ferial que no tienen poblaciones de 40.000 habitantes, con espacio y atractivo para todos, desde los niños hasta la denominada tercera edad.

Hay una buena programación cultural en el magnífico teatro “El Silo”, y también la caseta de la juventud tendrá un evento musical de nivel. Existe diversidad de concursos deportivos, del caballo, de la sociedad de cazadores, etc. Y además se tiene la oferta de bares y restaurantes del centro y barriadas.

En general yo le daría un notable, recordándole a la mayoría que Pozoblanco sólo tiene 17.000 habitantes. Y si la comparamos con Puente Genil (31.000 habitantes) o Lucena (42.000 habitantes, siendo el pueblo más grande de Córdoba), ninguna de estas dos localidades tiene una feria tan completa y variada como la pozoalbense.

Desde la entrada en el nuevo siglo se acentuaron los inconvenientes para las fiestas. El primero por la pérdida de habitantes en nuestra comarca. El segundo porque con el paso de los años muchos pozoalbenses que residen fuera cada vez acuden menos, porque el ciclo natural de la vida ha hecho que sus padres o familiares directos hayan fallecido y se pierde lo fundamental para venir. Como tercero, que una parte de ciudadanos aprovecha que es un tiempo ideal para irse fuera de vacaciones, pues los precios en los destinos vacacionales son un 50% o un 60% más económicos que en los meses de julio y agosto. Y así podría seguir con algunos inconvenientes a añadir a los ya reseñados, porque también algún reparo a veces se lo sacamos injusta y gratuitamente nosotros mismos.

Pero hombre si hoy, y con todo mis respetos a todo el mundo, le sacamos ya punta a todo. Como, por ejemplo, criticar y tachar de machista el cartel de feria. Puede gustar más o menos, pero tacharlo de machista, sinceramente, me parece una desproporción y una exageración que roza el esperpento. Hay personas que en esto, con sus posturas radicales, creo que están perdiendo los papeles y cayendo en lo absurdo. Y es que su susceptibilidad extrema (o extremista) en este asunto les lleva a acercarse cada vez más a las lindes de la paranoia. Ven fantasmas por todos lados. O mejor dicho, curiosamente, ven siempre fantasmas solo y exclusivamente en el lado que quieren verlos.

Además, en este asunto concreto del cartel de feria, tenemos que respetar que lo ha elegido una mayoría de la ciudadanía que ha votado libremente. A esos (y a esas) que lo tachan de machista, que hubieran ido a votar a otro de su gusto, en lugar de, a toro pasado, criticar al que ha sido elegido.

En 1977 yo tenía 15 años, y casi todos vivían la feria como lo que era, el acontecimiento más importante del año. Yo, como muchos en la infancia y adolescencia, teníamos nuestra alcancía, que era el lugar donde echábamos las pesetillas y duros durante todo el año, para poder disfrutar durante los 6 días de fiesta.

En aquella época era impensable que nadie en la feria se fuera. Al contrario, eran muchos ausentes los que venían a casa de sus padres a pensión completa y a costo cero. Igualmente, gran parte de la población de los restantes 16 pueblos de Los Pedroches venía aunque fuera un solo día a la feria más atractiva de la zona.

La mayoría de hombres adultos tenían sus fondos en algún bar de su confianza, donde cada semana daban una cantidad a su nombre durante un año, y pasaban a recogerlo un par de días antes de empezar la feria.

Incluso para los trabajadores del campo, especialmente pastores, que en aquellos años se tiraban casi todo el año en el campo sin venir al pueblo, era sagrado el que tuvieran como poco tres o cuatro días para “jolgar” y disfrutar de la feria.

En general tenemos la costumbre de idealizar lo pasado y criticar el presente, haciendo en la mayoría de los casos comparaciones que no tienen mucho sentido. Porque cada una de las ferias vividas se han dado en un tiempo y circunstancias diferentes. Y, sobre todo, porque nosotros mismos las vamos viviendo cada año con distinta edad y, seguramente, con distintas circunstancias.

Para mí, una de las mejores ferias de España se da en Albacete, una ciudad que tiene 185.000 habitantes, mucho menos que Córdoba (320.000 hab.) y donde en el centro de la ciudad tienen todo un amplio recinto ferial con la plaza de toros preciosa de estilo mudéjar anexa. Dan nueve corridas de toros, (más del doble que en nuestra capital) y a través del eje taurino se dan multitud de espectáculos, con las casetas abiertas a todo el que lo desee y con una gastronomía muy rica tanto en la variedad y calidad como en la cantidad.

Allí, a la muerte del tercer toro, se hace un parón de unos 12 minutos para que todos degusten lo que llevan para la ocasión.

Yo he tenido la suerte de vivir un par de años la feria albaceteña y doy fe de que me quedé impresionado muy gratamente de lo que viví. Esta feria puede servir de escaparate para quien quiera aprender y mejorar algunas cosas en su ciudad.

La misma va desde el 7 al 16 de septiembre y durante esos 9 días de feria se calcula que son cerca de dos millones de personas las que pasan por la ciudad manchega. Como digo, esta feria para mí es de 10.

Volviendo a la nuestra, creo sinceramente que tenemos una programación completa y variada y lo único que se necesita es tener una buena predisposición para pasárselo bien y sacar el máximo partido al presupuesto que tengamos, sin hacer ninguna comparación de tiempos pasados.

Ya tendremos tiempo una vez pasada la feria de contar cómo nos fue en la misma, porque al final siempre cada cual cuenta la feria como le va.



No hay comentarios :

Publicar un comentario