El lunes empieza todo

EMILIO GÓMEZ
(Periodista-Director)


Ya estamos en septiembre. Se acabaron las vacaciones para quien las tuviera. La normalidad ha entrado en nuestras casas para quedarse durante un tiempo. El lunes los escolares comenzarán las clases. Las calles se llenarán de ruido, de niños con cara de sueño tirando de mochilas de ruedas. El olor a libro nuevo, al bocadillo del recreo, a las gomas de borrar del estuche. Son nuevos olores, sensaciones, propósitos. Hay millones de libretas por estrenar que están esperando, exámenes que hacer, nuevas aventuras y nuevos amigos. Es como si todo empezara. Una nueva vida donde los días se irán acortando y la normalidad adueñando y convirtiéndose en rutina.

Septiembre es el mes de la vuelta al cole, de la nostalgia de un verano que se apaga y de los amores desaparecidos. Se decía que muchos amores de verano duraban lo mismo que la canción que alumbraba la estación. Desaparecían unos y otros, y de repente todo cambiaba. Como si nada hubiera pasado. Los horarios son otros y, sobre todo, la manera de verlo todo.



El orden de otoño ante el desorden veraniego. La rigurosidad ante la locura. El sofá ganando la partida a las salidas a la calle. Septiembre está dentro de una aventura diferente en la que empieza algo. Está lleno de buenos propósitos. De esperanza. Como si empezáramos de nuevo, como esos niños que toman la calle rumbo al colegio. La vida de la mañana es diferente en un día de clase aunque ya no seamos nosotros los escolares. No hace falta que sea septiembre para recuperar los espíritus dormidos de la infancia. Pero lo hace más fácil. Tampoco hace falta ser un niño para alcanzar la bondad, la inocencia y la nobleza. Septiembre ya anda cruzándose por las aceras entre ropas nuevas y libros sin estrenar. Hermosa aventura. Los niños vuelven a su pupitre donde estaban hace tres o cuatro meses. Lo hacen empezando. Pronto estarán multiplicando, escribiendo entre las llanas y las esdrújulas, con el teorema de Pitágoras, recitando ríos y descubriendo planetas. Forrando de ilusión un nuevo curso. Y ese primer día con el olor a nuevo de un libro todavía por estrenar.

Septiembre llegó con sus manzanas fuertes, sus uvas maduras y sus flores silvestres. Y con los nenes, ya camino del ‘cole’.


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