El tiempo de los falsos autónomos se acaba

MIGUEL CARDADOR LÓPEZ
(Presidente-Editor)


Hace más de un año, en esta misma sección, hacía referencia al crecimiento de los denominados “falsos autónomos”, que desde la crisis se habían multiplicado por diez.

¿Qué es un falso autónomo? Pues es el trabajador al que, reu­niendo todas las condiciones y requisitos para ser considerado un trabajador por cuenta ajena, en lugar de hacerle un contrato de trabajo como correspondería, se le obliga a darse de alta en el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos). Así, bajo el poder de dirección del empresario y totalmente subordinado a este, el falso autónomo realiza su trabajo con horario marcado por la empresa y en el centro de trabajo de la misma y, sin embargo, carece de los derechos reconocidos a los trabajadores por cuenta ajena que están integrados en el Régimen General, como vacaciones, pagas extras, acumulación de antigüedad, finiquito, días de asuntos propios, horas de médico, etc.

Todo esto teniendo una finalidad por la parte empresarial, que es el tener a un trabajador con escasos derechos y sí muchas obligaciones, además de liberarse la empresa de la cotizaciones a la Seguridad Social, que son efectuadas en su totalidad por el propio falso autónomo. Con lo cual el empresario tiene un ahorro aproximado de un 40% comparado con uno del Régimen General.

Me parece una medida acertada la del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, que prepara un cambio legal de urgencia para acabar con este fraude en general, y en particular en el sector cárnico, que es uno de los más utilizados, pues la mayoría de trabajadores están dados de alta en el Régimen de Autónomos, cuando lo correcto es que estuvieran en el Régimen General. El mismo Secretario de Estado para la Seguridad Social, Octavio Granado, considera urgente el corregir esta ilegalidad, poniendo como ejemplo el combatir a las industrias cárnicas.

Uno de los grupos más potentes es Servicarne, con más de 50 empresas en España y más de 11.000 trabajadores, dándose claros indicios de que, presuntamente, es una falsa cooperativa que carece de estructura de empresa y de actividad societaria. Aquí podría darse el caso, si esos indicios se confirman, de que tengan que ser dados de alta en el Régimen General de la Seguridad Social más de 5.600 trabajadores.

Además, todo esto tiene otro efecto muy negativo, ya que esta medida contribuye a debilitar las cuentas de la Seguridad Social, con menos cantidad de dinero en las cotizaciones que las que se deberían aportar realmente.

Esta situación particular es una relación societaria y no laboral, en la que los trabajadores son socios y, por lo tanto, su relación se rige por la Ley de

Cooperativas y por los estatutos de la propia cooperativa. Los socios deberían participar en las asambleas y tener voz y voto.

El Ministerio de Trabajo está tramitando con carácter de urgencia una reforma de los artículos 21 y 25 del reglamento general sobre inscripción de empresas y afiliación, altas, bajas y variaciones de datos de trabajadores en la Seguridad Social que implica a los empresarios en este modo de proceder.

En definitiva, se trata de que los procedimientos tramitados de oficio por la Inspección puedan instruirse hasta su resolución en firme, sin verse obstruidos o afectados por actuaciones que pretenden distorsionarlos.

El Gobierno además pretende frenar el abuso y fraude en la contratación temporal y a tiempo parcial, combatir la economía sumergida, promover la igualdad y regularizar la situación de los falsos becarios y los falsos autónomos.

Para lograr estos objetivos supuestamente se van a invertir 30 millones de euros hasta el 2020, y se incrementará un 24% la plantilla de la Inspección de Trabajo en un lustro con 830 nuevas plazas de inspectores y subinspectores.

A partir de hoy, 1 de septiembre, va a comenzar el incremento notable de las investigaciones sobre los falsos autónomos, y aunque el sector cárnico va a ser uno de los más vigilados, también tendrán que regularizar a sus trabajadores otros muchos sectores que hacen lo mismo, desde las pymes a las grandes empresas. Advertidos quedan.

Al César lo que es del César y a los trabajadores respetarles los derechos que tienen.



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