La Formación: una oportunidad para salvar la dehesa

MATEO PORRAS DUEÑAS


Si tuviéramos que definir la comarca de Los Pedroches, podríamos utilizar términos como tradición, campo, naturaleza, ganadería, aceituna, bellota, cultura, patrimonio..., pero cualquier definición quedaría incompleta si no apareciera en ella la palabra DEHESA, con la que hemos convivido los vallesanos a lo largo de los tiempos y que ha pasado normalmente desapercibida, sin darle el valor tan importante que tiene.

En la comarca de Los Pedroches se encuentra la mayor superficie adehesada de encinar del mundo. La situación de la dehesa de Los Pedroches es indicativa del buen hacer de sus habitantes a lo largo de la historia, que han realizado un aprovechamiento sostenible del encinar, lo cual ha permitido su excelente conservación hasta nuestros días. La dehesa es un sistema que aglutina un componente productivo, un componente ambiental y un componente cultural y patrimonial, sin los cuales no se entiende este ecosistema, fundamental para el desarrollo agrario sostenible de la comarca.

En la actualidad, el estudio del desarrollo comarcal arroja datos socioeconómicos muy por debajo de la media europea, nacional, regional y provincial. Esta situación provoca altos índices de envejecimiento a causa de la emigración, ya que los jóvenes no encuentran modos de subsistencia en su propia tierra, el relevo generacional no halla atractiva la actividad agraria, al considerar que, si bien el trabajo agrario cada día introduce procedimientos técnicos más modernos y eficientes en la producción, la formación continúa trasmitiéndose de generación en generación y, en cualquier caso, esta actividad, fundamental en nuestra comarca, se presenta carente de una formación reglada. 

No pasa desapercibida la paradoja de que en la actualidad las actividades agrarias están muy tecnificadas y exigen un conocimiento específico para su desempeño, pero hasta ahora, la formación se limita a la mera instrucción transmitida de generación en generación, a la adquisición de enseñanzas no regladas y al autoaprendizaje.

Por tanto, el futuro de las explotaciones agrarias de la comarca está en riesgo, pues no es fácil el relevo generacional sin la necesaria formación y, al contrario, sin formación, el trabajo agrario está totalmente infravalorado. Es necesario poner en valor el trabajo agrario para que lo jóvenes lo vean como una oportunidad y encuentren de interés continuar con las actividades iniciadas por sus antepasados, modernizándolas y adaptándolas a las nuevas tecnologías que las hagan aún más competitivas en el mundo actual.

Para poder llevar a cabo el necesario relevo generacional, es necesario un cambio, el trabajo agropecuario tiene que dejar de ser la última salida laboral de aquellos que carecen de formación, más bien debe ser una opción laboral ilusionante, rentable y con capacidad emprendedora, de vital importancia para el desarrollo comarcal.

Para poder avanzar en este sentido es necesario que los jóvenes puedan realizar la necesaria Formación Profesional, de la familia Agraria, que les faculte para modernizar y actualizar las actividades iniciadas por sus antepasados, haciéndolas rentables y que les permita vivir en el mundo globalizado actual, lo que les hará sentirse orgullosos por continuar las tradiciones de los antepasados y consolidará el espíritu vallesano.

Pero la Formación Profesional Agraria que se necesita en la comarca no puede ser un aprendizaje estándar, ha de ser una formación realizada en el propio territorio, ya que todas las actividades se han de llevar a cabo en la dehesa, debe implicar un uso agrario sostenible con el medio ambiente, que proteja nuestro patrimonio cultural y que, por supuesto, sea rentable. La FP Dual es la modalidad que mejor se adapta a estas necesidades, donde la formación de los futuros técnicos agrarios, que gestionarán las explotaciones dentro de unos años, adquieren las competencias necesarias, en el aula y también en las actuales explotaciones agrarias de la comarca, donde aprenderán, de primera mano, además de la cultura y tradiciones locales, a proteger y mejorar el patrimonio natural de Los Pedroches, su espléndida dehesa.

Por tanto, el futuro de la comarca de los Pedroches depende de la formación, tan necesaria, de los futuros productores agropecuarios, que tienen que formarse en nuestra comarca, en nuestras explotaciones, para conseguir con el relevo generacional, que la industria agropecuaria de los Pedroches continúe siendo un referente a nivel andaluz y nacional. Si no se consigue este relevo generacional, muchas explotaciones desaparecerán y finalmente la dehesa puede terminar convirtiéndose en monte bajo, con los consecuentes perjuicios medioambientales, culturales y económicos que implican para la comarca.

El IES Los Pedroches viene realizando solicitudes para la implantación de estos ciclos formativos, pero hasta el momento no ha recibido una respuesta positiva por parte de la Consejería de Educación, responsable de la oferta de las enseñanzas que se imparten en los centros públicos de Andalucía. A pesar de que son muchas las instituciones (ayuntamientos, asociaciones de empresarios, sindicatos agrarios, cooperativas, diputación provincial, empresas privadas…) que apoyan este proyecto formativo y que están de acuerdo en que es de vital importancia que se desarrolle en nuestra comarca, no se ha conseguido convencer a la Administración de la necesidad de esta formación y de su viabilidad. Es el momento de que nuestras corporaciones locales, agentes sociales y empresas del sector, trabajen unidos para conseguir esta formación, dentro de un proyecto común de territorio, tan importante para el futuro de la comarca de Los Pedroches. 


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