Qué difícil es hacer autocrítica

MIGUEL CARDADOR LÓPEZ
(Presidente-Editor)


De forma generalizada tendemos los seres humanos en todos los apartados de nuestra vida a ser muy poco críticos con nosotros mismos. Nos falta la capacidad de hacer autocrítica en general y en especial cuando el resultado de algo que hemos emprendido es negativo o cuanto menos no es el que esperábamos.

Si hay un sector donde menos se mira para adentro este es el político. Y como muestra lo que ha ocurrido estos días tras las elecciones andaluzas con la mayoría de los cabeza de lista de los grupos que van a tener representación en el Parlamento andaluz.

La primera conclusión que hay que sacar con la baja participación es que hay una desmoralización y hartazgo con la mayoría de los políticos. De tal manera que ese 40% que se ha quedado sin ir a votar está tan defraudado con el PSOE, PP y Adelante Andalucía (dirigido por Podemos) que no ha querido perder el tiempo para depositar la papeleta en blanco.

Por otro lado está el resultado obtenido por Ciudadanos, que ha sacado más del doble de parlamentarios que en 2015, siendo un partido que está en plena alza porque todavía no se le ha visto gobernar y ha recogido en la mayoría de sus votos a gente defraudada con los dos grandes partidos (PSOE y PP). De cualquier forma no hay que olvidar que han quedado terceros, cuando la cúpula del partido tenía como objetivo dar el sorpaso al partido de Juanma Moreno.

Otra lectura es el resultado negativo de Adelante Andalucía, pues ni aun juntando a los cuatro partidos de izquierda y sumando la presumible pérdida de votos que iba a tener el PSOE, su resultado ha mejorado con respecto a las anteriores elecciones. Todo lo contrario, han perdido tres parlamentarios con respecto a la elecciones de 2015, por lo que podemos considerar que han cosechado unos resultados bastante malos para lo que ellos esperaban.

Y aquí llegamos a la gran sorpresa que ninguna encuesta, ni tampoco politólogo, ha podido, no digo ya acertar, sino simplemente aproximarse al estratosférico resultado que ha sacado VOX, con 12 parlamentarios debutando en estas elecciones. Sorpresa enorme pues la mayoría de “especialistas” y tertulianos de todos los medios le auguraban como mucho dos parlamentarios.

El único medio que se aproximó fue el periódico ABC, que el día antes de votar daba la posibilidad de que pudieran sacar 8 parlamentarios.

Susana Díaz, a pesar de haber sacado los peores resultados de los últimos 30 años del PSOE en Andalucía, dejándose un buen número de parlamentarios con respecto a la última del 2015, mira para otro lado y solo se le ocurre decir, “Yo he ganado y por lo tanto no voy a dimitir. Además pondré todos mis medios para que no tenga protagonismo la extrema derecha”.

Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez, de Podemos, también más de lo mismo, no hacen ni pizca de autocrítica y sí hacen su consabido discurso populista y demagógico para incitar a la gente más ignorante y manipulable a salir a la calle, pretendiendo combatir de esa manera antidemocrática y con su habitual lenguaje guerracivilista al nuevo partido que ellos catalogan de extrema derecha, VOX, que ha sido, sin duda, el claro vencedor moral de estas elecciones.

Tanto el PSOE, como Adelante Andalucía, ningunean y casi desprecian a las 400.000 personas de toda la comunidad autónoma andaluza que han dado su voto de forma democrática a VOX.

Repele al sentido común y la razón la doble moral que se advierte en Susana Díaz cuando dice que es de no ser partidos constitucionalistas si PP y Ciudadanos abren la mano al apoyo de VOX. ¿Y por qué no le dijo eso mismo a su jefe Pedro Sánchez, que para llegar a ser presidente del país ha pactado y se ha apoyado en un partido heredero de terroristas y en otro de separatistas/golpistas que quieren fracturar España?

En el PP, a pesar también de perder 7 parlamentarios y obteniendo un resultado mediocre, su líder andaluz solo piensa en que él tiene que ser el nuevo presidente. Cuando lo primero que tiene que analizar son los muchos votantes que se han ido a Ciudadanos y VOX.

Ciudadanos debe de valorar que el votante no es tonto, y que si no aprovechan el tiempo favorable y la oportunidad que les viene por los errores del PSOE, PP y también Podemos, esa oportunidad la perderán, y el tiempo y los votantes defraudados, como en el caso de los partidos antes mencionados, los pondrán en su sitio.

De VOX puedo decir poco, y habrá que estar atentos a cómo se desenvuelve a partir de ahora, pues aunque está catalogado por muchos de sus rivales políticos y los voceros de estos como de indiscutible extrema derecha, no conozco su actuar y proceder, porque no ha habido todavía oportunidad de saberlo, y no conozco al detalle si sus principios políticos reales son verdaderamente contrarios a la democracia y vulneran la Constitución, como así le acusan muchos pretendiendo ya estigmatizarlo de antemano, cuando algunos de esos acusadores no tienen autoridad moral alguna porque ya han demostrado (ellos sí) con creces que son de pedigrí totalitario, por mucho que con un cinismo y desvergüenza inauditos vayan disfrazados permanentemente de demócratas.

A mí particularmente no me gusta, ni me ha gustado nunca, ningún partido que se sitúe en los extremos, porque suelen estar copados por individuos radicales, fanatizados y peligrosos, de comportamientos rufianescos que fomentan el dogmatismo, la discordia y el enfrentamiento.

Aquí, en esta sorprendente aparición, está por ver en el inmediato futuro si este partido es verdaderamente extremista, como le acusan muchos, o si por el contrario su única pretensión y aspiración es ayudar, respetando la vía constitucional, a que en España se limpie la enorme cochambre y podredumbre que contamina la vida política actual, plagada de personajes y actitudes impresentables.

Como siempre digo, el tiempo es el verdadero juez que pone a cada uno en su sitio, lo mismo ocurrirá con este nuevo partido, que aunque yo no lo he votado, lo único que puedo decir es que yo sí respeto a las 400.000 personas que han decidido por el motivo que sea votarles.

Toca hacer autocrítica a los tres partidos que han perdido, PSOE, PP y Adelante Andalucía, porque el resultado de Ciudadanos y VOX, al 90%, es fruto del fracaso y hartazgo que parte de la ciudadanía tiene de estos tres partidos.

El ejercicio de la democracia se ha producido, y con ella han salido los 109 parlamentarios que el votante ha elegido.

Ahora quedan las dos cosas más importantes, la primera formar un gobierno de mayoría (sino se tendría que ir a unas nuevas elecciones), y la segunda, que los que gobiernen tengan la honradez, la clarividencia y la altura de miras necesarias tomando las decisiones que sean más oportunas para hacernos la vida un poco más llevadera, aunque la verdad es que no sé si lo conseguirán.


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