Apreciar el silencio

ANTONIO A. MORENO
TREMP


El silencio que sucede a las palabras todavía encierra esas palabras y el trino del pájaro permanece aun después de callarse. Es una de las razones por las que el silencio merece ser frecuentado. Sofocarlo con aplausos automáticas, réplicas inmediatas y demás faltas urgencias a las que nos hemos acostumbrado significa renunciar a una parte del sonido que continua resonando en el aire y dentro de uno mismo.

¿Qué ocurriría si después de una pieza musical nos tomáramos un tiempo para acoger plenamente lo oído y todo lo que induce en nosotros? ¿Qué pasaría si en una conversación nos permitiéramos a veces callar en lugar de responder al instante, si simplemente observáramos qué camino recorren las palabras en nuestro interior?

Silencio y sonido se sostienen mutuamente en el mismo abrazo en el que se funden el lleno y el vacío, el yin y el yan. Uno puede siempre a su punto, y, de hecho, vive en él. Así, la música está hecha de silencios y, al mismo tiempo, el silencio vibra con ruidos mínimos, sutiles, que hablan de la vida: una hoja que se desprende de un árbol, pasos y voces en sordina, el aire colándose por una rendija. Un proverbio dice que demasiado a menudo oímos el ruido del árbol que se corta pero no el del bosque que crece.

Si se pone atención se puede percibir el aliento del mundo en continua trasformación. Un silencio que parece ampliar el espacio y hacer más lento el paso del tiempo. Un silencio que nos hace en definitiva, más presentes, más conscientes del lugar y del momento que habitamos, capaces de comprender las armonía secreta de las cosas a nuestro alrededor. En ese silencio el oído se afina y uno puede también escucharse a sí mismo.

Podemos intentar crear más silencio. Si solemos dar la palabra ¿por qué no conceder también el silencio? Podemos sembrarlo en frases que lo hagan propicio. Contentarlo (con frases que lo hagan propicio) no romperlo demasiado pronto, dejarlo hablar para que diga. Quizá sencillamente compartirlo con otros, para poblarlo de sueños o interiorizarlos. 


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