La compañía de escopeteros que escolta a la Virgen de Luna en Pozoblanco

ARTURO LUNA BRICEÑO


Siguiendo con la lectura del tríptico que me dieran en el pórtico del Santuario de Luna me encuentro lo siguiente: “La aprobación de los estatutos de nuestra Cofradía tuvo lugar en 1877 por el obispo Fray Ceferino González, siendo actualmente el cupo de cofrades de 110. La cofradía es de carácter militar y por virtud de la Real Orden de Fernando VII, se le concedió el privilegio de usar armas, cuyo objetivo es el de hacer salvas en honor de la Virgen en los lugares señalados”.

De nuevo encontramos datos que no concuerdan, Fernando VII reinó en España en 1808 entre los meses de marzo a mayo. Fue deportado a Francia por Napoleón y regresó en 1814, manteniendo su trono hasta su muerte en 1833. Si la Cofradía se fundó en 1877 y Fernando VII murió en 1833: ¿Cómo se las apañó para firmar esa Real Orden?

Otra vez que obviamos la rica historia de nuestro pueblo. Un dato esclarecedor, para comprender el carácter militar de la Cofradía, lo encontramos en dos Actas Capitulares de 1803. 

Hermanos de la Virgen de Luna, 1942.


“Acta del 13 de mayo de 1803.

Don Fernando de Sepúlveda (y Gallardo) vecino de esta villa, poseedor del mayorazgo que en ella fundó el doctor don Juan Ginés de Sepúlveda, con el respeto debido dice: “Que don Fernando de Sepúlveda y Escalera, su abuelo, que falleció en el anterior mes, fue diputado de Nuestra Señora de Luna, para asistir a las funciones de sus procesiones de traer y llevar la imagen a su ermita, en cuya atención y haber estado dicha diputación en los demás de sus ascendientes y hallarse el suplicante con los más vivos y eficaces deseos de continuar en esta devoción y asistencia.

Suplica rendidamente a VV.SS. se sirvan de tener a bien nombrarle en lugar del dicho su abuelo…”

En el Acta del 15 de mayo de 1803, el pleno del Ayuntamiento de la Villa de Pozoblanco, ante el memorial y solicitud de Fernando de Sepúlveda (y Gallardo) dijeron: … la contemplan por muy justa y arreglada, y en consecuencia le nombraban y nombraron por tal diputado de Nuestra Señora de Luna”. 

Portada del libro “Andalucía y sus milicias”, de José María Bueno Carrera.


El diputado para traer y llevar a la Virgen de Luna, se encargaba de elegir a la gente que le debía de acompañar. Solían ser los importantes del pueblo o los que destacaran por algún mérito puntual. En un acta de mediados el siglo XVIII, del Libro Recopilatorio de la Cofradía de Limpieza de Jesús Nazareno, en la que debaten si admitir a Andrés Peralbo Cruzado y su mujer a la Cofradía, comentan que un año antes nadie quiso acompañar al Diputado de la Virgen de Luna por haber invitado a Andrés Peralbo Cruzado, (el hombre más rico del pueblo), porque aseguraban que era descendiente de judíos.

Todo lo referente a los actos de la Virgen de Luna dependía del Ayuntamiento, que como miembro de una de las Siete Villas de los Pedroches, compartía la propiedad de la imagen por hallarse ésta en la Dehesa de la Jara cuando le fue concedida como término común a las Siete Villas en 1492. Otra cosa era el Santuario del que su Obra y Fábrica correspondía a la Parroquia de Santa Catalina de Pozoblanco. También dependía de Pozoblanco el nombramiento del santero. 

Procesión de la Virgen de Luna alrededor de la ermita. En primer plano, el actual tamborilero Teodoro Cardador.


Fernando de Sepúlveda y Gallardo participó con el Batallón Provincial de Voluntarios de los Pedroches en la Batalla de Bailén en julio de 1808. Terminada la Guerra de la Independencia y repuesto Fernando VII en el trono; los voluntarios se convirtieron en Milicia Nacional. Milicias que fueron creadas por el Real Decreto de 22 de marzo de 1822, dado por el Rey Fernando VII.

El primer comandante de la Milicia Nacional de Pozoblanco fue Don Fernando de Sepúlveda y Gallardo que falleció a finales de la década de 1830, siendo el Comandante de los dos batallones de las Milicias Nacionales de los Pedroches. Uno de infantería y otro de Caballería. 

“Pozoblanco en sus Actas Capitulares”, libro de Antonio García Herruzo y Juan Bautista Carpio Dueñas.


Don Fernando de Sepúlveda y Gallardo, como comandante de la Milicia y Diputado para traer y llevar a la Virgen, abandonó la costumbre de rodearse de invitados. Y cumplía con su obligación de traer y de llevar a la ermita a Nuestra Señora de Luna acompañado por la milicia a sus órdenes. Y en el camino de ida como en el de vuelta le rendían honores con salvas de fusilería.

Los demás diputados que le sucedieran hasta 1875, en que se cumplió el último trámite de la Desamortización de Madóz, iniciada en 1855, hicieron lo mismo que Don Fernando. Los terrenos del Santuario los compró una mujer de Torremilano y se los donó a la Iglesia. Y ante este hecho, y que el Ayuntamiento de Pozoblanco, ya no tenía propiedad en el asunto. Decidió Fray Ceferino dar carta y título de Cofradía a la vieja y extinta Milicia Nacional de Pozoblanco. Y desde entonces en ello andamos. 


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