Los 'asaltacielos'

MIGUEL CARDADOR LÓPEZ
(Presidente-Editor)


Como me gusta decir, el tiempo es el juez implacable que nos pone a cada uno en su sitio.

Tiempo, es lo que he dado para poder analizar con más conocimiento y rigor lo que ha hecho el partido Podemos en un lustro de andadura. Llegaron con algunos de los eslóganes de su mandamás, el aburguesado Pablo Iglesias, donde, entre otros, estaba ese de que ellos “habían llegado para tomar el cielo por asalto”. Este personajillo ha dicho frases tan vanidosas como la que dijo tras un debate político cuando un periodista le preguntó qué era lo que menos le había gustado, y con chulería y engreimiento personal respondió: “El único pero que tengo que poner es que he estado demasiado lúcido”.

También me pregunté en su momento dónde estaban la gran cantidad de asociaciones feministas, cuando Pablo Iglesias se quitó su careta feminista y se pronunció con palabras infames y aberrantes (“La azotaría hasta que sangrase”) sobre la periodista Mariló Montero.

Una asociación o plataforma de mujeres tendría que estar para defender los derechos que se puedan considerar legítimos y justos de todas las mujeres, sin que se debiera apreciar distinta diligencia en esa defensa o en la denuncia de determinadas situaciones, en función del color o simpatía política de la mujer sufriente o afectada por algún agravio. Cualquier observador neutral e independiente se da cuenta enseguida que en la actual sociedad la apariencia es que la legitimidad del ultrafeminismo ahora imperante se sitúa en la extrema izquierda, pues si la afectada por alguna desconsideración, ataque o falta de respeto concreto es alguna mujer cercana a la derecha ideológica, ese feminismo ultra muchas veces se muestra reticente o tibio a manifestarse o directamente no dice ni mu. Me parece que no va muy desencaminada Edurne Uriarte cuando afirma que “el feminismo radical confunde feminismo con izquierda y excluye a la mitad de las mujeres”.

En esta sociedad, que no olvidemos la formamos todos, a veces nos comportamos como auténticos borregos. El engaño viene sobre todo con el consabido, pero siempre eficaz, instrumento de la demagogia, que cala sobre todo en los más jóvenes, por ser estos, en general, los más manipulables.

Aquí aparecen de pronto cuatro demagogos “vendeburras”, surgidos en un caldo de cultivo idóneo por ser época de crisis y desesperación, y buena parte del personal se cree a pie juntillas cuantas promesas imposibles, mamandurrias y mentiras como camiones dicen. Pero lo más triste es que hay todavía mucha gente ignorante pero de buena fe que se lo cree. De cualquier forma poco a poco el globo podemita y su populismo de opereta ha ido desinflándose, le ha pasado como a la gaseosa que se abre varias veces, que se ha quedado sin gas.

Ahora Pablito, ese líder mesiánico y antiguo rey de los escraches (“jarabe democrático”, decía sin inmutarse cuando los promovía él y los padecían los otros), que de cinismo sabe un montón, donde dijo digo, dice Diego, cambiando y dando un giro de 180º. Su barato disfraz se le va cayendo poco a poco, y ha pasado de poner al chavismo como “ejemplo” y “referencia” para España a ignorar por completo a Venezuela.

Ha quedado totalmente desacreditado al decir que todos los políticos que no pertenecían a su partido eran casta y que él nunca se iría de su pisito del barrio de Vallecas.

Pero claro, como él está por encima del bien y del mal, el enardecido defensor de los más débiles y desfavorecidos, con gran coherencia y ecuanimidad, se compró un lujoso chalet con piscina, jardines, etcétera, y con vigilancia personal las 24 horas del día.

El partido se está diluyendo como un azucarillo en el café. Monedero por un lado, Echenique defendiendo lo indefendible. El “pijoprogre” Espinar dimite de sus cargos, Bescansa harta de Iglesias se va a Podemos Galicia y Errejón abandonando el barco y uniéndose a la actual alcaldesa de Madrid.

Por cierto, tuvo éste la semana pasada en el barrio de Hortaleza, una “reunión” forzada por jóvenes vecinos que habían votado a Podemos y que le espetaban a la cara que no habían hecho nada de lo prometido, además de decirle que era más de lo mismo, que han defraudado a sus votantes y han engordado a partidos como Vox. Errejón, con carita de Universitario empollón, tragaba saliva y tartamudeaba contestando con monosílabos de retórica sin argumentos.

Este partido, además de mentir descaradamente, prácticamente ha fagocitado a un partido como Izquierda Unida, donde sus votantes eran de ideales convencidos que siempre han llevado la misma camiseta y que como partido era necesario para nivelar al resto de partidos en el equilibrio de una democracia sana.

Podría seguir hablando de muchos personajes que acapararon el foco de este partido de Podemos tiempo atrás, como la señora Bescansa, que como decía ha dejado a su líder por tener bastantes diferencias con él.

Ahora el discurso de Pablete es desdecirse de lo que dijo antes, para parar la sangría de caída en las encuestas.

Pero por mucho que rectifique ha perdido la poca credibilidad que tenía, porque entre otras cosas es difícil explicarle a los jóvenes parados o trabajadores que se las ven negras para poder llegar a finales de mes, que sigan votándole, que él está con los más humildes, mientras él vive una vida con todas las comodidades y totalmente identificable con lo que él llamaba “casta” total.

El “asaltacielos” ha caído al más profundo de los subsuelos, y creo que tendrá que hacer algún milagro, de los que él no cree, para que pueda cuando menos recuperar a parte de sus votantes, a los cuales ha engañado y manipulado a través de la mentira más gorda y despiadada, porque ha jugado con la ilusión de los que en su momento le creyeron.

Las hemerotecas y el maldito tiempo, que nos ponen a cada uno en su sitio.


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