Rosario Rossi y los 'ideales' políticos

MIGUEL CARDADOR LÓPEZ
(Presidente-Editor)



“Estos son mis principios. Si no le gustan… tengo otros”.

(Groucho Marx)


La política en general está alcanzando tintes de verdadero descrédito pues cada vez más se vende la milonga de defender con convicción unos ideales cuando en muchos casos el único objetivo es la cuestión económica y obtener un puesto de trabajo con una remuneración que tal vez no se obtendría por los propios méritos.

Y, para mí, ese descrédito en el ejercicio actual de la política se ha reforzado con las noticias aparecidas en los últimos días en torno a la figura de Rosario Rossi, que ha estado hasta esta misma semana en el gobierno del Ayuntamiento de Pozoblanco representando a una alternativa política conformada como agrupación de electores denominada “Pozoblanco en Positivo”, que gobierna en la presente legislatura junto al Partido Popular.

Su plataforma política y ella vendieron en la campaña del 2015 que su agrupación representaba aire fresco, positivo y renovador porque era totalmente diferente al bipartidismo conformado por PSOE y PP. Y que si gobernaban harían las cosas de otra manera, porque ambos partidos hegemónicos representaban una misma forma caduca de gestionar, y que ellos venían con ese aire nuevo y sin vicios a transformar positivamente la realidad con respecto a lo que habían supuesto hasta ese momento los gobiernes de PP y PSOE.

¿Cómo es posible que uno de los partidos que era el rival político a desalojar del poder hace cuatro años ahora sea para ella la opción ideal para encabezar su lista en las próximas elecciones? ¿Esta fluctuación es porque han cambiado sus ideas, le ha convencido más la acción de oposición del PSOE en esta legislatura que la propia acción de gobierno de la que ella ha formado parte?

A Rosario Rossi, a pesar de estar en un gobierno conjunto con el PP, yo creo que hasta ahora casi todo el mundo la ubicaba o presumía con una afinidad ideológica cercana a Podemos, que seguramente no haya que confundir con Izquierda Unida, porque aunque estos van juntos y se parecen mucho, la mayoría de los que pertenecen a este último son personas convencidas que llevan muchos años militando y que nunca o casi nunca traicionarían sus convicciones.

Para mi gusto Rosario Rossi se traicionó a ella misma por ocupar un sillón cuando su partido llegó al acuerdo con el PP para gobernar en coalición. Ella, que es anti PP, si hubiera tenido dignidad política tenía que haber dimitido entonces. Más aún si tiene un buen puesto de trabajo en la empresa privada como ella ha vendido.

En cuanto a su gestión como concejala de cultura no voy a entrar a fondo en cómo lo ha hecho, supongo que como en casi todo y todos habrá luces y sombras, lo que sí puedo decir es que, desde mi punto de vista, ha tenido actuaciones a mi juicio bastantes sectarias, apoyando todos los actos de los afines a su cuerda y no acudiendo a otros por no caerle bien la persona que lo organizaba.

Para Rosario Rossi parece ser que la lectura no es cultura o no tiene nada que ver con ella, pues en los 4 años que ha estado como edil no ha tenido la dignidad ni la sensibilidad de acudir ningún año al concurso de lectura infantil, por cierto, el más importante de Andalucía de su categoría. Creo yo que, ocupando el cargo que ocupaba, por un mínimo sentido del decoro y del deber, siendo concejala de cultura, debiera haber hecho acto de presencia en este concurso alguna vez, pues su permanente y total ausencia en el mismo se puede interpretar como una clara y absoluta muestra de desprecio. En cualquier caso no dudo que en muchas otras cosas ella haya cumplido bien, y lógicamente ha hecho cosas acertadas, sin olvidar que ha tenido una de las partidas económicas más altas para hacer muchas cosas a su criterio.

Rosario Rossi manifestaba públicamente hace pocas semanas que no tenía intención cuando acabara la legislatura de seguir en la política activa. Pero ya sabemos que muchos que se dedican a la política arguyendo una supuesta vocación de servicio público, no les importa aquello de “donde dije digo, ahora digo Diego”. Ella, que ha gobernado con el PP y ha hecho frecuentes críticas al PSOE, ahora no ha dudado ni un minuto para vender sus ideales por un posible sillón.

Y ante esta extraña situación aparecen las preguntas: ¿Se pudiera considerar esto un flagrante caso de transfuguismo? ¿Es ético haber seguido manteniendo hasta hace tres días el acta de concejal por Pozoblanco en Positivo cuando su intención era ya presentarse a las elecciones por un rival político que ha hecho permanentemente oposición a su gestión? ¿No hubiera sido más coherente y lógico haber presentado la dimisión ya en el mismo momento en que se iniciaron las conversaciones sobre su candidatura para su nuevo plan político?

Y otras preguntas más: ¿Qué clase de agrupación política ha sido y es Pozoblanco en Positivo, cuando se ha constatado que entre sus propios integrantes hay una distancia ideológica y política abismal que les lleva a algunos de ellos a tener incluso una animadversión fuerte e indisimulada contra el partido que es su actual socio de gobierno? ¿No es desleal, incoherente, ilógico e irracional formar parte de un gobierno en coalición con un partido al cual le tienes una inquina y aborrecimiento personal que no eres capaz de disimular? ¿Es más importante en esta vida ocupar el sillón del poder que mantener la coherencia, la ética y la dignidad?

Y de este tipo de esperpénticas situaciones y sensación de compadreo y enjuagues políticos que a veces suceden y al que asistimos atónitos muchas veces los ciudadanos de a pie, escribo con conocimiento de causa, ya que en la legislatura 1995-99 fui concejal en el Ayuntamiento pozoalbense y, cuando terminaba la legislatura, el recordado Juan Sepúlveda, concejal durante cuatro legislaturas en el PSOE, gobernando y siendo el edil de deportes, estando ya en la última fase de su enfermedad, me dijo lo siguiente: “Carda, por qué no te presentas de independiente en nuestro partido, porque estoy convencido de que serías un buen concejal de deportes”. Yo le contesté que le agradecía su propuesta y aunque me gustaba y me gusta mucho el deporte, por coherencia y respeto a la formación a la que había estado perteneciendo entendía que no era nada ético aceptar esa invitación y además había decidido no seguir en la política.

Por otro lado no sé qué pensará gran parte de la ejecutiva y los afiliados de peso del PSOE de que se haya escogido a Rosario Rossi (una rival política hasta hace tres días) como la persona idónea que encabece la lista de su partido para las próximas elecciones municipales. Porque ello supone un reconocimiento implícito de la incapacidad de este partido para encontrar una persona dentro de la casa, solvente, fiable y con capacidad dentro de sus filas para encabezar su lista electoral, con lo que los deja a todos ellos poco menos que como incompetentes o solo aptos para pegar carteles, asentir obedientemente y dar aplausos en los mítines de su partido o estar de apoderados tachando nombres en las mesas los días de elecciones. Hay gente dentro del PSOE muy válida.

También hay gente en la política de Pozoblanco, como en la comarca, con convicciones sólidas y firmes y que nunca se han cambiado de partido, apostando siempre por el mismo caballo, aún a sabiendas que tenían grandes probabilidades de no conseguir gobierno. Eso no quiere decir que en algunas y muy determinadas y específicas ocasiones el cambio pueda ser perfectamente entendible, lógico, legítimo e incluso a veces hasta saludable.

En mi opinión, y por lo que yo creo, si la joven Rossi fuera coherente con su ideología, se tendría que poner al frente del partido Podemos, y no “venderse” al partido que le puede dar la oportunidad de tener un sillón de mando, por mucho que se tenga más o menos claro que o bien el PSOE o el Partido Popular, y seguramente en coalición con otro partido, serán los que gobiernen.

Pero yo creo que Rosario sabe que con Podemos/IU en Pozoblanco pasaría a chupar banquillo, sin opción de salir a jugar ni tan siquiera un minuto.

Otro debate a analizar es el de quién compondrá la lista socialista en los puestos de salida, ¿ella o la ejecutiva? Otra disyuntiva más, que sin duda creará división en el propio partido.

Lo que está claro es que esta elección está y va a crear opiniones de todos los colores y dentro de esta tormenta, para bien o para mal, dejará con opiniones dispares a los socialistas de Pozoblanco.

Quiero dejar bien claro que yo opino aquí sobre el cargo público y el comportamiento meramente en la esfera política, expuesto a todo tipo de opiniones, ya que ellas van en el sueldo, y no en lo que se refiere al capítulo personal, pues ella como persona me merece absolutamente todos los respetos.

Termino como empezaba, para mí gran parte de los políticos están tan desacreditados y mal vistos porque en ellos no existe una mínima ética y sus ideales bailan según el tamaño de la zanahoria que les pongan.

No tengo ni que decir que este humilde semanario está abierto a quien quiera escribir, bien para contestar a este escrito como a cualquier otro, disponiendo del espacio que deseen de forma gratuita.


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