Pongamos que hablo de vivir (LIII)

JOSÉ ANTONIO CARBONERO FERNÁNDEZ
(Técnico de la Cooperativa Olivarera Ntra. Sra. de Luna de Vva. de Córdoba)


"Cuando vayas a comprar una finca, visita varias veces el lugar elegido y mira bien a tu alrededor… Asegúrate de que tienes buen clima, no propenso a tormentas. El terreno ha de ser bueno, con fortaleza natural. Si fuese posible debería hallarse al pie de una colina, orientado al mediodía, en un lugar sano, y donde resulte fácil encontrar peones. Debe tener agua abundante y hallarse cerca de una población floreciente, o del mar o de un río navegable, o de una calzada buena y frecuentada”. Marco Porcio Catón (de agri cult. I,1,3).

Indudablemente es una interesantísima reflexión sobre la agricultura y el olivar, esta cita tuve ocasión de leerla en el centro de interpretación de Salar en Granada, donde cuentan con un tesoro arqueológico de primera magnitud, una preciosa villa romana, pues bien, como decía la cita te hace reflexionar sobre todo, a tenor de lo que está sucediendo con el sector y el mercado del AOVE (Aceite de Olivar Virgen Extra).

Pero no fui a Salar a ver su Villa, qué también, allí me encontraba porque me invitaron a dar una charla sobre las bases del cultivo del olivar ecológico, invitación que me llegó por parte de Suca y la Cooperativa Olivarera Santa Ana de Salar, por cierto desde aquí quiero expresar mi mayor agradecimiento a Alfonso Pascual (Suca) y Mauri Campaña (Coop. Santa Ana), Pepe Gilabert (Coop. Puerta las Villas de Mogón) y Cesar (Técnico Agrocolor), por el trato y el compañerismo.

Esta charla técnica surge de la necesidad de la diferenciación en un sector donde hacer algo diferente, suele ser raro y complicado a la par. Como decía, el sector oleícola debe dejar atrás ciertos estigmas, la resiliencia debe ser una máxima, concretamente el olivar tradicional en secano de sierra se encuentra en una tesitura complicada, puesto que no puede competir en costes frente a un olivar intensivo o super-intensivo de campiña con riego, pero si en calidad.

Por tanto, si no podemos competir en producción y costes, sólo podemos aferrarnos a lo importante, a lo que de verdad importa en un AOVE, la calidad del mismo como decía, miren déjenme que les diga, los matices que un olivar de sierra muestra en su aceite son únicos e inigualables, por tanto hay que valorizar ese aceite de olivar de sierra, ese que ayuda a las comarcas, el que valora el esfuerzo y el tesón, y no equipararlo a cualquier otro que podemos ver en las estanterías de un supermercado a cualquier precio y de la índole que sea.

El cliente que compra un auténtico AOVE, es suficientemente inteligente para no participar de ese juego, tengan en cuenta que la cantidad de aceite que consumen en un año en sus casas es no es demasiada (3 litro/por persona y año), por tanto les digo algo, no merece la pena escatimar en ese gasto, puesto que se trata de un producto excelso y de gran calidad organoléptica, con extraordinarios beneficios y/o valores para nuestra salud.

Siendo sinceros, nuestro sector ve con preocupación ciertos actos, me explico, por ejemplo, si pagamos 5 € por un gin-tonic, no tiene sentido mirar y comparar lo que vale 1 litro de Virgen Extra, sabiendo lo que es, lo que cuesta producirlo y lo que supone para el bienestar de una comarca entera como les comentaba anteriormente, que dicho sea de paso, sin el olivar no subsistiría, pues no hay mayor fuente de riqueza y mejor repartida con la que contamos, como siempre enfatizo.

Hace unos días Carbonell lanzó una campaña para reivindicar al pequeño olivarero y el aceite de oliva sostenible, les digo con satisfacción que para en esta campaña participaron socios de nuestra cooperativa y de Almazaras de la Subbética-Grupo Almaliva. El grupo Deoleo también creo recientemente la asociación Provalor con el apoyo de Jaencoop, Almaliva, Viñaoliva e Interoleo, esta asociación pretende transformar el sector promoviendo la alta calidad del aceite de oliva, tanto en nuestro país como en el exterior, elevando los estándares de calidad, mejorando la productividad del sector productor y ampliando el conocimiento del producto al consumidor para impulsar su consumo.

En fin, nos encontramos en un momento convulso, en el cual el mercado del AOVE marca los tiempos, desfavoreciendo claramente a la oferta, muy atomizada, y ayudando a la distribución y a la venta, bien estructurada. En mi opinión, la oferta debe concretarse, los sindicatos hacer de sindicatos y el sector productor “enfadarse”, “plantarse”, ”unirse” y “manifestarse”, todo ello con la vitola de la defensa de un gran producto que no debe ser ni ninguneado ni tomado a la ligera, pues miles de personas de él dependemos. ν

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