Pozoblanco entre dos diccionarios históricos

ARTURO LUNA BRICEÑO


De 1846 a 1850 se publicó en Madrid, por Pascual Madoz, el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España. Compuesto por 16 volúmenes en los que se analizaban todas las poblaciones de España. Para confeccionarlo se contó con una larga nómina de colaboradores que aportaron datos de su provincia, partido judicial o pueblo. Conozco dos de estos trabajos, uno hecho por el médico historiador Luis María Ramírez de las Casas Deza y otro por el que fuera secretario y alcalde de Pozoblanco, Antonio Félix Muñoz.

Este diccionario fue la principal fuente para los historiadores locales a partir de 1850. Los documentos que tengo de él pertenecen a la primera edición y me sirven para compararlos con el Catastro y con otro Diccionario geográfico-estadístico, que publicó la Editora Nacional en 1950. 

Calle Ayuntamiento.


En el Diccionario Madoz las referencias a Pozoblanco son dos: Una como cabeza del Partido Judicial y la otra como Villa.

“Pozoblanco: Villa con ayuntamiento y cabeza de partido judicial de su nombre en la provincia y diócesis de Córdoba (a 12 leguas y de Sevilla a 29). 

Cortijo antiguo


Situación y Clima, Se encuentra en llano sobre el declive de tres suaves colinas, formando la figura de un pentágono irregular, y casi en el centro del valle llamado de los Pedroches; está sumamente ventilado por no tener altura que la domine a menos de tres horas de distancia. Las enfermedades más comunes son fiebres intermitentes o tercianas, producidas por la irregularidad del clima y la rapidez con que se suceden el frío y el calor, aun en un mismo día en que se nota el temple de las cuatro estaciones, ocasionando también pulmonías y dolores reumáticos: tampoco dejan de ser frecuentes las enfermedades cutáneas, especialmente las herpes”. 

Jornaleros.


En el Diccionario Geográfico de España: Tomo 14. Ediciones del Movimiento. Madrid 1960, un siglo después leemos:

“Pozoblanco. Municipio y ciudad de Córdoba, cabeza del Partido Judicial de su nombre, a 85 Km. de la Capital. Extensión 330,5 Km cuadrados. 38º 22´ 45´´ Norte, y 1º 09´40´´ Oeste.

Población: En 1587 tenía 675 vecinos, es decir unos 3.000 habitantes, que llegaban a 1250 vecinos en 1754. En este último año. 249 vecinos eran labradores por su mano (terratenientes) y 826 jornaleros, inclusos hortelanos y pastores de todo género de ganado. 

Paisanos a pricipio del siglo XX.


En 1857 tenía 8.050 habitantes y 10.550 en 1877. El primer censo del siglo XX dio 12.792 habitantes y en el de 1910, 13.825. En 1920 alcanza su máxima cifra de población con 17.653 habitantes, que descenderán a 15.853 en 1930. Después de la guerra, el censo de 1.940 dio 16.702, y el de 1950, 14.733. Estas oscilaciones de la población pudieran estar en relación con el hecho de efectuarse el censo en el mes de diciembre en plena recolección de la aceituna, que atrae gran número de brazos foráneos en cantidad no igual todos los años. Así el censo de 1877 registra 1.599 transeúntes; el de 1900, 2.846; el de 1910, 4,221; el de 1920, 3.925; el de 1930, 2.111 y el de 1940, 3.301. Descontadas estas cifras los aumentos y disminuciones de la población entre censo y censo son mucho menos sensibles”. 

Posada de la carretera, 1901.


Y el Diccionario de Madoz era más parco en este apartado y contradecía al publicado por la Editora Nacional en 1960:

“POBLACIÓN: 1.687 vecinos, 6.748 almas. Riqueza impositiva: 686.470 reales. Contratos, 264.510 reales y 22 maravedíes. El presupuesto Municipal asciende anualmente a unos 80.000 reales, que se cubren con el fondo de propios y con el de comunes. 

Vista calle del toro y carretra 1926.


Historia: A mediados de octubre de 1836 llegó a esta población el caudillo carlista D. Miguel Gómez, y siéndole embarazosos los prisioneros que conducía, les dio libertad, rasgo que le honró más seguramente que los mismos hechos de armas a que los debía. El 16 continuó su marcha a Villanueva de la Jara. Es patria del erudito Don Juan Ginés de Sepúlveda, cronista de los reyes Carlos I y Felipe II; de Juan Fernández Franco, escritor del siglo XVI; San Bernardino y de las venerables Sor Marta Peralvo y Sor Ursula de San Basilio”.

Dos maneras distintas de analizar el pueblo y dos documentos interesantes con un siglo de diferencia. 

Miguel Gómez Damas.



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