Un modelo sostenible de alquiler de vivienda

MIGUEL CARDADOR LÓPEZ
(Presidente-Editor)


Uno de los principales problemas que tenemos en la actualidad es el de proporcionar que todas las personas tengan acceso a una vivienda digna en nuestro país.

Desde el inicio de la crisis en 2008 se ha incrementado notablemente la dificultad para que nuevas parejas o personas que se independizan puedan comprar una vivienda, porque los salarios medios que cobran tienen que repartirlo en necesidades que se han hecho básicas en la actual sociedad como compra de coche, mantenimiento y consumibles del mismo, móviles, ropa, gasto en locales de hostelería, alimentación y, vivan donde vivan, facturas de luz, agua, comunidad y algunos más.

Con todo esto hay una gran parte de personas que no tienen posibilidades de ahorro, con lo cual se hace imposible hacer un planteamiento realista para poder comprar una vivienda.

Los españoles tenemos un sentido de la propiedad muy arraigado, sentimiento que no tienen en países de más potencial económico como por ejemplo Alemania, Francia, Suiza, etc, donde gran parte de los trabajadores viven de alquiler, teniendo capacidad de ahorro, también por hábitos de consumo diferentes a los nuestros. Y no adquieren inmueble propio hasta que no están cercanos a los 45 años. Incluso hay otros que siguen de alquiler, y cuando se jubilan compran una vivienda en países de sol y costa como España, Italia, Grecia, etc.

En la actualidad hay muchas familias que de forma sacrificada compraron una segunda vivienda pensando en sus hijos, pero muchos de estos, al no tener trabajo, han tenido que irse fuera de la comarca. Hay también quien compró una segunda vivienda como inversión para obtener una renta con el alquiler. Pero la inseguridad a la hora de alquilar, ya que al propietario se le exigen muchos deberes, ha provocado que muchos decidieran dejar su vivienda cerrada y no sacarla al mercado del alquiler.

Exceptuando las 10 ó 12 capitales más pobladas de nuestro país, en el resto existen inmuebles suficientes para, si todos ellos se abrieran al alquiler, encontrar una solución al 90% del actual problema.

Casi todos conocemos a familiares o amigos que nos han expresado que no alquilan porque tiene muchos problemas para cobrar y al final le dejan meses de renta sin pagar como también facturas de luz y agua, además del deterioro importante de la vivienda que muchos inquilinos dejan antes de irse.

Hace unas semana viajé a Viena (Austria) por motivos profesionales y me quedé gratamente impresionado por el acertadísimo modelo que tienen con respecto a este problema.

Esta ciudad, en los últimos 25 años, ha subido notablemente su nivel de vida siendo muy atractiva para el turismo que la reconoce como una ciudad muy habitable, sostenible y de trato afable con sus propios vecinos y con los visitantes. Todo esto se confirma con el estudio de una empresa americana que ha distinguido a esta ciudad como la de mayor calidad de vida del mundo, basado en distintos parámetros fundamentales con el día a día del ciudadano.

Cercana a los dos millones de habitantes, Viena ha sabido resolver la pesadilla de muchas ciudades europeas gestionando con enorme éxito el conflictivo mercado del alquiler.

Yo he podido comprobar que existen dos equilibrios entre la oferta que controla la administración pública del Ayuntamiento y por otro el de la oferta privada. Hay una empresa pública que se llama Wiener Wohnen que posee 219.000 apartamentos de alquiler social en la ciudad, pero con una notable calificación en calidad y diseño y donde para nada se adivina que puedan ser de esta nominación.

Las mismas son de diferentes metros cuadrados, teniendo aproximadamente unos 32 metros cuadrados por unitario, incluso algunos de ellos son compartidos por varias personas que están solos y que en esos momentos están sin trabajo pagando un alquiler muy bajo para una ciudad.

El alquiler de los mismos va referenciado al sueldo que se tiene, no rebasando nunca el 18% de este.

La ciudad mantiene un equilibrio, vistosidad y diseño en todos sus edificios, con muy pocas diferencias entre las del centro y las de la periferia. Casi no existen desahucios y tampoco impagos, tanto en lo público como en lo privado, donde obtienen bonificaciones los inquilinos y los propietarios.

Además anualmente el Ayuntamiento dedica una partida de unos 600 millones de euros al mantenimiento y conservación de los mismos. También pude comprobar que en un inmueble de estos viven profesionales de todo tipo como mecánicos, ingenieros, jardineros, enfermeros, etc., con lo cual no se crean guetos como en la mayoría de países europeos a excepción de los nórdicos.

A todo esto se le añade el transporte público, la educación o los servicios sanitarios, continuando con la gran oferta cultural y de ocio en general solo al alcance de las mayores y más avanzadas ciudades del mundo.

Me quedé impresionado con su centro histórico, que es una maravilla arquitectónicamente hablando, no en vano está distinguida por la UNESCO con el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad

Y yo me preguntó cómo nuestros gobiernos no aprenden e imitan lo bueno y realizable que ofrecen capitales como la austriaca. Porque viajando con interés de aprender y tomar nota de lo bueno que estamos viendo podemos en bastantes casos extrapolarlo a nuestras ciudades y pueblos, para que de esta forma puedan mejorar en problemas muy importantes de la actualidad, pues, si no se mejoran, con el tiempo no sólo no se mantendrá el problema sino que sin duda empeorará.

En nuestra comarca, tomando como ejemplo Pozoblanco, el pueblo con mayor número de habitantes, y por ello el que más inmuebles cerrados tiene, creo que el 80% de sus propietarios los pondrían sin problema en alquiler si tuvieran plena garantía del cobro de la renta mensual y de que no les van a dejar impagadas facturas de luz, agua y comunidad, que al final tendrán que abonar ellos.

Con el paralelismo lógico, y situando el precio de un alquiler medio de una vivienda de unos setenta metros cuadrados, el mismo está sobre 235 €, con lo cual el Ayuntamiento de Pozoblanco tendría que dedicar una partida de su presupuesto a financiar dichos alquileres a familias que no sobrepasen la cantidad de 13.000€ de ingresos al año, haciéndose cargo de un 40% del total del alquiler mensual, pasando de forma reducida y proporcional hasta desaparecer por completo cuando rebasen la cantidad de 15.000€ al año.

Todo ello referenciado a si es una persona que vive sola, o es una pareja o pareja con hijos.

Nuestros gobernantes, en lugar de tratar de dividirnos entre rojos y azules, perder tiempo en muchas cosas intrascendentes o chorradas, que se dediquen a copiar lo bueno y extrapolarlo a nuestro país, que para eso cobran buenos sueldos, aportados de nuestros bolsillos a través de la multitud de impuestos que pagamos.


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